Un chico pierde la vida tras estar más de tres años en estado vegetal luego de consumir la merienda que por años envenenó uno de sus compañeros y que dejó a otras dos personas con daños irreversibles en los riñones, han informado este jueves los medios.
La Audiencia Provincial de Bielefeld condenó a Klaus O., de 58 años de edad, a cadena perpetua por intento de homicidio en tres ocasiones y por lesiones físicas, al probarse que envenenó durante años los bocadillos y bebidas que consumían sus compañeros durante los descansos de la jornada laboral.
El tribunal dictaminó el internamiento obligado del acusado una vez finalizada la pena máxima, al considerar que el sujeto presenta una tendencia a continuar realizando graves delitos.
La muerte ahora de Nick N., de 27 años de edad, quien se encontraba en estado vegetativo con daños cerebrales sumamente graves por motivo de un envenenamiento con mercurio, no tendrá consecuencias inmediatas para el acusado.
Sin embargo, “si el Tribunal Supremo cancela la sentencia y ordena un juicio nuevo, podríamos acusarlo también de asesinato consumado”, ha informado el fiscal Veit Walter.
La historia se dio a conocer, luego de que un compañero del condenado descubriera un polvo blanco sospechoso en su bocadillo y le tomara una foto. Las cámaras de vigilancia instaladas con posterioridad captaron un comportamiento extraño por parte del acusado.
A raíz de este suceso, la Fiscalía inició investigaciones sobre los procesos de 21 empleados de la fábrica, situada en la localidad de Schloß Holte-Stukenbrock, en el estado federado de Renania del Norte-Westfalia (oeste), muertos desde 2000 poco después de jubilarse, de infarto o por enfermar de cáncer.
“Se han podido descartar ya nueve casos y estamos investigando otros 12”, ha indicado Walter.
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