Javier Solís fue uno de los cantantes mexicanos más representativos de su país.
Con sus canciones logró obtener fama internacional. Las letras de sus canciones cautivaron a miles de fanáticos. Después de su muerte, su música siguió cautivando a otras generaciones. Hoy en día sigue contando con muchos admiradores.
Hace 52 años murió Javier Solís, el 19 de abril de 1966. Su desaparición causó revuelo en todos sus seguidores que seguían con fervor los filmes que realizaba y su carrera musical.
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Javier nació en 1931, el 1 de septiembre. Su muerte impactó en los medios, pues contaba con solo 34 años y se encontraba en el momento cumbre de su carrera. Desde hace años la gente lo llamó como “El rey del bolero ranchero” y aún siguen recordándolo con ese título.
Los restos de Solís actualmente se encuentran en el Panteón Jardín, en una sección especial donde están los actores de la Asociación Nacional de Actores (ANDA). Varios biógrafos señalan que Javier tenía piedras en la vesícula. Esto le causaba terribles dolores.
Javier se sometió a una cirugía en la vesícula biliar que desafortunadamente le causó otros problemas. Su recuperación no fue del todo óptima. El artista se internó 6 días antes de su muerte, en el hospital Santa Elena. En un principio los especialistas mencionaron que la operación había sido un éxito.
El 18 de abril varios estudios señalaban que no tendría problema alguno en su recuperación. Todos pensaban que en cuestión de horas podía ser dado de alta. Algunas fuentes señalan que Javier desobedeció las órdenes de una enfermera, que le dijo que no debía tomar agua.
Este hecho pudo ser determinante para poner fin a la vida de Solís.
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En el acta de defunción, se menciona que Javier tuvo un desequilibrio electrolítico que se produjo en el procedimiento al cual se acababa de someter (colecistectomía). Javier falleció a las 5:45 a.m debido a un paro cardiaco.
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