El origen de la raza humana tiene muchas versiones encontradas de acuerdo a diferentes miradas y opiniones.
Por una parte, unos defienden la teoría de la evolución y los planteamientos de Darwin o las recientes investigaciones de la ciencia al respecto, aunque otros piensan que el hombre definitivamente no proviene de un homínido, como lo hace el “niño predicador” que asegura que “un mono y una mona sólo pueden producir monitos”.
La realidad es que a partir de una especie antigua de humanos, comenzó la evolución del hombre y que todos tenemos un origen común. Compartimos muchos rasgos y somos una mezcla de razas y pueblos. Eso es lo que conforma la raza humana en la actualidad independientemente de las creencias religiosas o científicas.
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Incluso, la ciencia de la genética ha descubierto cosas insólitas que antes jamás hubiéramos imaginado, como el hecho de que tenemos un ancestro común que se encontraba en el continente africano hace más de 60 mil años.
Y si nos ponemos a recorrer nuestro árbol genealógico hasta muy, muy atrás, descubriremos que compartimos antepasados y lazos sanguíneos.
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Y si nos ponemos a pensar en la actual pareja real, Meghan y Harry, aunque sean realmente diferentes en su aspecto y origen, al recorrer más de 15 generaciones atrás nos podremos llevar una gran sorpresa porque de hecho, tienen muchas cosas en común, más de lo que todos piensan por ser ella de origen afroamericano y él de “sangre azul”.
¿Cómo puede ser esto posible?
Esta no es una afirmación personal, ya que según el medio Daily Mail, un grupo de investigadores expertos en genética se dieron a la tarea de investigar sobre el origen de los duques de Sussex y encontraron que no sólo son esposos ahora, sino que son primos.
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Pero esto no quiere decir que todos podamos entablar una relación con los primos, porque en verdad no es necesario.
Según lo encontrado en esta investigación, Meghan tiene un origen que proviene de una mezcla resultado de una colonización de los británicos a los Estados Unidos que data del siglo XV, por lo que el parentesco con Harry es realmente lejano, pero es un hecho.
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Un antepasado de la duquesa llamado Ralph Bowes de hace más de 15 generaciones, quien fue además Sheriff del Condado de Durham y heredero de Streatlam Castle viene siendo su pariente. Además la nieta de este, Bridget Bowes, quien se hizo esposa de John Hussey, en 1632 emigró a los Estados Unidos.
Tiempo después, además de Streatlam Castle, todas las propiedades de Bowes pasaron a ser herencia del tío de Bridget por varias generaciones.
Pero las cosas en la genealogía se comienzan a enredar y para no crear confusión, presentaremos una gráfica que lo aclara.
Daily Mail
Algunas generaciones después comienzan a crear una línea directa de Meghan con la familia real, porque después, las propiedades y el Streatlam Castle pasó a ser de Sir Georges Bowes y su segunda esposa con la que tuvo a Mary Bowes. Mary se casó con John Lyon en 1767 quien se convirtió en conde Strathmore y Kinghorne.
Este conde añadió el apellido de Mary a su familia resultando así el Bowes-Lyon, ya que esto era una condición para poder heredar las propiedades y el castillo.
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Después de cinco generaciones, Elizabeth Bowes-Lyon contrae matrimonio con quien sería después Jorge VI, después ella es conocida como la Reina Madre, quien tuvo a la actual reina Isabel II.
Así que aunque hayan nacido Meghan y Harry en continentes distintos y pertenezcan a familias muy diferentes, resultan ser primos muy lejanos.
Esto no es algo sorprendente, aunque parezca imposible, porque muchos de nosotros podríamos descubrir rasgos comunes con miles de personas en el planeta. Muy interesante ¿No crees?
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