No es un superhéroe, sin embargo, sus amigos le dicen: el hombre de hielo, porque comentan que volvió a la vida luego de morir congelado.
Los doctores describen su caso como un “milagro médico” y confirman que es, probablemente, la única persona que ha sobrevivido a una hipotermia tan severa.
Justin Smith, de 26 años de edad, no sale de su asombro y se considera muy afortunado y está agradecido con los médicos que le salvaron la vida. Sin embargo, ¿qué fue lo que ocurrió y cómo lograron “resucitarlo”?
Una noche, Smith de McAdoo, Pensilvania, (EE.UU.), iba caminando a su casa luego de una reunión con amigos, cuando tropezó y cayó inconsciente sobre la nieve. Al día siguiente, al ver que no había llegado a casa, su padre, Don Smith, salió a buscarlo en su auto. Al borde de un camino Smith vio unas botas asomándose. Corrió a mirar y se dio cuenta que era Justin, su único hijo.
Ya habían pasado 12 horas desde su desaparición. Estaba nevando y la temperatura era de -4ºC. El hombre informó que el joven estaba azul y sin pulso. Su impresión fue que su hijo estaba muerto. “Comencé a llorar y a decirle “¡Justin, no me dejes, por favor!””, recuerda Smith.
Los paramédicos llegaron al lugar y tampoco consiguieron signos vitales y detectaron que su temperatura corporal estaba por debajo de los 20ºC. La situación los llevó a creer que el joven había estado muerto por largas horas, según informaron a medios locales.
Don Smith, llamó a la madre de Justin para darle la triste noticia: su hijo estaba muerto. Sin embargo, el personal de emergencia llamó para pedir orientación al médico Gerald Coleman, del hospital de Lehigh Valley, quien no quiso cerrar el caso tan rápido.
“Algo dentro de mí, me decía que tenía que darle a esta persona una segunda oportunidad”, informó el doctor Coleman. El médico ordenó a los paramédicos que le aplicaran a Justin reanimación cardiopulmonar (RCP), a pesar de que no tenía pulso y que parecía haber dado su último suspiro hacía varias horas.
Los paramédicos presionaron el pecho del joven y le dieron respiración boca a boca hasta que lograron trasladarlo al hospital donde estaba el doctor Coleman. Y ahí, el médico James Wu, recomendó conectar a Justin a una máquina de oxigenación por membrana extracorporal para calentar y oxigenar su sangre.
Wu sabía que la máquina, usada para salvar pulmones y corazones dañados por un resfriado o un ataque cardíaco, era la última oportunidad de sobrevivir para el joven.
Después de una hora y media conectado, la temperatura de Justin comenzó a subir y su corazón comenzó a latir por sí solo. Sus signos vitales se restablecieron, sin embargo, su cerebro todavía no mostraba actividad. Estuvo dos semanas en coma.
Semanas más tarde, despertó y los doctores se sorprendieron al comprobar que su cerebro estaba ileso. Las horas congelado solo le habían costado los dedos del pie y los meñiques, que fueron amputados por gangrena. Así que tuvo que aprender a usar sus manos y a caminar de nuevo.
Smith salió del hospital en marzo y volvió a su casa el 1 de mayo. Actualmente vive su vida con normalidad, juega golf y está planeando retomar sus estudios de Psicología en la Universidad Estatal de Pensilvania.
Casi un año después del accidente, Justin dio una conferencia en la que agradeció al doctor Coleman por salvarlo. El doctor dijo a los periódicos que Smith ha sido el caso de hipotermia más grave que ha conocido. “Este caso me ha enseñado que a veces, tienes que confiar en tu intuición, aunque la lógica te diga todo lo contrario”, informó Coleman.
¡La segunda oportunidad que le salvó la vida! No olvides dejar tu opinión en los comentarios y COMPARTIR la noticia con tus amigos.