La humanidad está en decadencia.
En lugar de hacer frente a la defensa de los indefensos, se sacan los teléfonos y se captura el momento con la esperanza de volverse viral.
Uno de esos horribles incidentes que podría haber utilizado una intervención compasiva se desarrolló en un tren subterráneo en la ciudad de Nueva York (EEUU). El 10 de marzo, una mujer de 78 años fue brutalmente atacada por un hombre, mientras los transeúntes simplemente miraban o filmaban el episodio, según información de medios locales.
La mujer indefensa estaba sentada sola en un rincón y ocupándose de sus propios asuntos. Y sin razón, el hombre comonzó a infligirle tanta violencia. La pobre mujer resultó gravemente herida tras varias patadas poderosas en su persona.
Afortunadamente, el hombre detrás de los ataques, Marc Gómez, fue arrestado, según información de medios de Nueva York. Se cree que tiene unos cuarenta años y fue acusado de dos cargos de agresión en segundo grado y agresión y acoso en tercer grado.
En el perturbador video, se puede ver al hombre sosteniéndose de la barandilla superior para apoyarse mientras la patea violentamente en la cara y el torso una y otra vez. Las patadas de Gómez fueron tan poderosas que se puede ver a la mujer retroceder ante el impacto. El ataque no provocado no solo se produjo sin previo aviso, sino que cayó sobre la anciana sin pausa.
La frágil mujer ni siquiera tuvo la oportunidad de levantar las manos y protegerse adecuadamente la cara o el pecho ya que fue sometida a varias patadas en rápida sucesión. Cuando Gómez estaba cansado de agredirla, se le puede escuchar preguntar a la aterrorizada anciana: “¿Con quién diablos estabas hablando?” antes de caminar hacia la salida del tren, según información de medios de la localidad.
Justo antes de subir a la plataforma, se vuelve hacia uno de los pasajeros que lo estaba filmando y con indiferencia anunció, “Worldstar que mi nigga” haciendo una referencia a la página de redes sociales llena de violencia.
Es profundamente preocupante que nadie haya decidido intervenir y salvar a la anciana del hombre evidentemente enfurecido. Cualquier abuso no debe tomarse a la ligera, especialmente el de aquellos que no pueden defenderse por sí mismos. Muchas veces olvidamos que mañana, podríamos ser nosotros o alguien a quien amamos quien se enfrenta a una brutalidad inesperada.