A unos pocos días de haber nacido, Javier Rodríguez fue diagnosticado con una condición genética que lo hace más propenso a sufrir insuficiencia cardíaca desde una edad temprana.
En efecto, Javier pasó varios años de su vida en medio de hospitales e incontables consultas médicas. La dolencia de Javier es conocida como miocardiopatía dilatada.
Cuando cumplió 14 años de edad, recibió su primer trasplante de corazón. A pesar de todo, Javier era la persona con más energía y siempre mostraba una actitud feliz y positiva. Fue esto lo que hizo que su gran amor de la secundaria quedara perdidamente enamorada de él. Javier recibió un segundo trasplante de corazón a los 18 años.
Crystal Cuevas y él llevaron una hermosa relación durante años e incluso tuvieron una bebé juntos. Cuando nació la pequeña Leia, Javier estaba muy débil para cumplir con sus labores como padre. No obstante, dio lo mejor de sí y no paraba de cuidarla y abrazarla. Quería aprovechar al máximo cada minuto junto a ella. “La amó muchísimo. A pesar de todo el dolor y lo frustrado que se sentía se esforzó mucho para poder compartir con ella”.
El delicado estado de salud de Javier no les había dado tiempo para considerar celebrar una boda; sin embargo, cuando las cosas comenzaron a ponerse cada vez más difíciles, Rodríguez no podía pensar en otra cosa. Sabía que le quedaban pocas semanas de vida. Habló con el personal del Hospital y les pidió ayuda para lograr hacer realidad su sueño. Leia tenía 3 meses el día de la boda de sus padres.
Horas más tarde, habían logrado un milagro. Familiares de Javier y varios miembros del personal del hospital se reunieron en la capilla para celebrar una boda muy conmovedora. El joven pidió un pastel de fresas pero todas las reposterías se negaron a hacerlo. La pareja celebró su boda en el Centro Médico de la Universidad de Chicago.
Se acercaba el día de Acción de Gracias y estaban llenos de trabajo. El personal del hospital tomó el asunto entre sus manos y ellos mismos prepararon un delicioso pastel. Adornaron la capilla de blanco y rodearon el lugar con velas. Javier tenía todo lo que había soñado y celebró por todo lo alto con su querida Crystal. “Significó mucho para mí que haya sido un padre tan ejemplar”.
Una semana después de su boda, Javier falleció. Estuvo rodeado en todo momento de sus seres queridos.
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