El futbolista Cevher Toktas, del equipo turco Bursa Yildirim, admitió haber asesinado a su hijo de cinco años de edad, supuestamente infectado por el Covid-19.
Su confesión se produjo 11 días luego de que el menor muriera en el hospital por supuesta insuficiencia respiratoria.
El 23 de abril, el niño fue internado en una clínica de Bursa, en el noroeste de Turquía, con mucha fiebre y síntomas del virus. El mismo día, Toktas llamó a los doctores a la habitación, diciendo que su hijo tenía dificultades para respirar. El pequeño fue ingresado a cuidados intensivos, donde falleció dos horas más tarde. Su muerte no provocó sospechas a los doctores.
Once días más tarde, el futbolista de 32 años de edad, se presentó ante la policía y contó que había asfixiado al niño con una almohada. “Puse una almohada en la cabeza de mi hijo, que estaba acostado boca arriba. Apreté durante 15 minutos sin parar. Mi hijo resistió un tiempo. Cuando dejó de moverse, saqué la almohada. Después llamé a los médicos para que no sospechasen nada”, informó.
Preguntado por los motivos del crimen, el jugador dijo que simplemente nunca quiso a su hijo. “Jamás quise a mi hijo menor, desde su nacimiento. No sé por qué no lo quiero. La única razón de haberlo asesinado fue que no lo quería. No tengo ningún problema mental”, indicó. Toktas fue detenido y será juzgado por homicidio, que en Turquía se castiga con penas de hasta cadena perpetua.
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