Los milagros suceden, y cuando ocurren se convierten en lo mejor del mundo entero.
Esta historia trata de una niña milagrosa que luchó por la vida y demostró que los milagros suceden.
La recién nacida prematura, Francesca Bradley-Curran nació solo después de 48 horas después de la fecha límite real para recibir asistencia médica. Al ser tan prematura, fue difícil para ella sobrevivir. Pero después de 17 semanas, mostró una recuperación milagrosa.
Los médicos no la tratarían a menos que estuviese cerca de la muerte, porque estos bebés tienen cuerpos subdesarrollados que son difíciles de tratar.
A Victoria Bradley, de 37 años, le dijeron que su hija probablemente no sobreviviría: “No pensé que estaría aquí”, dijo su madre. “Da miedo pensar que si ella hubiera nacido solo dos días antes, no hubieran trabajado para salvarla”.
Victoria y su esposo Paul Curran, de 46 años, se sorprendieron mucho cuando descubrieron que Victoria estaba embarazada. Victoria tuvo problemas con sus ovarios y le dijeron que probablemente nunca tendría hijos. Para ellos, la noticia de la llegada de Francesca fue inesperada y fue un milagro para ambos.
Victoria sufría de dolor de espalda severo, y durante esa visita al médico, descubrió que estaba embarazada. A la mañana siguiente, Victoria de repente se puso en labor de parto.
Después de nacer, Francesca pesaba solo 1 libra y 6 onzas.
“Todavía parecía un feto. Su piel era transparente, y no tenía pestañas ni cejas “, describe Victoria. “Sus ojos aún no estaban abiertos”.
Un equipo de 15 médicos y enfermeras trabajó duro para mantener viva a Francesca. Le tomó alrededor de 11 minutos a Francesca tomar su primer aliento y eso fue por un gran esfuerzo de todos los médicos.
A Victoria se le permitió pasar solo tres horas y media con su hija antes de que la llevaran a la UCI.
Esto no fue todo para la pequeña Francesca. Ella incluso tuvo que superar la sepsis, un pulmón colapsado y meningitis.
“Ella era pequeña. No pensaron que sobreviviría. Su sangre estaba llena de infecciones “, explica Victoria.
Pero Francesca parecía ser una bebé valiente. Siguió fortaleciéndose cada día incluso después de pasar por 15 transfusiones de sangre, cirugía ocular con láser, problemas renales y más procedimientos de este tipo.
“Con el pasar de los días, ella se volvía cada vez más fuerte, y luego pasaba algo inesperado”, dice Victoria. Después de 17 intensas semanas de milagro tras milagro, Francesca finalmente pudo irse a casa.
Mira este video reconfortante de la niña.
Francesca demostró que los milagros ocurren, y que debemos creer en ellos. Comparte esta historia con tus amigos y familiares y muéstrales qué es el verdadero amor.