Van Hulst falleció el pasado 22 de marzo a sus 107 años y es recordado por haber logrado que al menos 600 bebés y niños holandeses puedan escapar de los nazis.
Los menores sobrevivieron gracias al plan que tuvo el hombre, logrando poder sacarlos por contrabando frente a los propios nazis, quienes iban a enviarlos a campos de concentración.
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En 1942, dos años después de la invasión alemana de los Países Bajos, Johan van Hulst, hijo de un tapicero de muebles, trabajaba como profesor en una escuela de formación docente calvinista de Amsterdam.
Durante la guerra, su escuela estuvo frente al teatro Hollandse Schouwburg, lugar que era considerado indeseable para los nazis, por lo que allí metían a familias enteras que luego eran deportadas a campos de concentración.
Esa coincidencia marcó la vida de Johan.
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El hombre, al ver que en ese lugar habían niños menores de edad, comenzó a ayudarlos escondiéndolos de a poco en su escuela. También, los activistas de la resistencia y los combatientes llevaban de contrabando a los niños a casas seguras, a veces en cestos de ropa y otras veces en bicicletas, pretendiendo que los niños eran sus hijos.
El memorial y museo del Holocausto Yad Vashem de Israel en 1973 reconoció a Johan van Hulst como un Justo entre las Naciones, un título para los no judíos que arriesgaron sus vidas para salvar a los judíos del Holocausto.
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En 2012, el primer ministro israelí Binyamin Netanyahu homenajeó a Johan van Hulst durante una visita de Estado a Países Bajos. Ese año, se creó una película que homenajeó al hombre, y se llamó “Sussman“.
“Decimos que aquellos que salvan una vida salva al universo. Has guardado cientos de universos. Quiero agradecerle en nombre del pueblo judío, pero también en nombre de la humanidad”, dijo Netanyahu a Johan van Hulst, quien después del Holocausto se convirtió en senador del partido Demócrata Cristiano.
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La mayoría de los judios terminaron en campos de concentración en Westerbork, en los Países Bajos, o en Auschwitz y Sobibor, en la Polonia ocupada.
Para ocultar sus intenciones de rescate, los vecinos necesitaban mantener relaciones incómodamente buenas con los nazis. Süskind, el resto del personal de la guardería y el antiguo teatro, todavía tenían que continuar con sus tareas cotidianas.
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“Todos entendieron que, si traían 30 niños, no podríamos salvar a 30 niños. Tuvimos que hacer una elección, fue una de las cosas más horribles”, dijo Van Hulst.
Los rescatistas también necesitaron un poco de suerte, cuando el gobierno envió a un inspector a la escuela de Van Hulst sin avisar, escuchó el llanto de un bebé que provenía de adentro.
Por suerte, el inspector resultó ser un miembro de la Resistencia y se unió a los esfuerzos de Van Hulst para sacar a los niños que estaban en el teatro.
Johan pasó 25 años como senador holandés y fue miembro del Parlamento Europeo de 1961 a 1968.
Estuvo activo en la política y en la educación, y ganó un torneo de ajedrez a la edad de 99 años. Su antigua escuela ahora se convirtió en el Museo Nacional del Holocausto.