Padres decidieron que su hijo de 7 años de edad, quien padecía de cáncer, pasara sus últimas horas fuera del hospital.
Por eso, se lo llevaron a casa, donde recibía cuidados paliativos y falleció en el sofá la tarde del miércoles.
El padre sin informar el fallecimiento a los médicos, avisó de forma particular a la funeraria. Acudieron al domicilio para recoger el cadáver, sin embargo, no lo hicieron porque les faltaban 1600€. En España, si una familia no tiene recursos cuando un familiar fallece, es el ayuntamiento quien se hace cargo de los gastos. Los padres, al ser inmigrantes, desconocían de dicha información.
Fue una vecina quien horas más tarde, se enteró de lo sucedido y contactó con el ayuntamiento por medio de Facebook. El mensaje no lo leyeron hasta la mañana siguiente, cuando rápidamente se pusieron en contacto con ellos los servicios sociales.
Casi 23 horas estuvo el niño fallecido en el sofá, de las 24 legales que marca la ley para velar un cuerpo en casa. A las dos de la tarde fue trasladado al tanatorio. Finalmente, ha sido el consistorio, la funeraria y una fundación quienes se han hecho cargo de los gastos del sepelio y el entierro.
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