Un artículo publicado por la BBC informó que el mundo se está quedando sin espacio para enterrar.
Todo este caos ha llevado a los científicos e investigadores a buscar otras formas que pueden proporcionar un mejor enfoque para este problema.
Aunque tú descanses en paz, la madera, el acolchado sintético y los metales que suelen usarse en los ataúdes tradicionales, así como el concreto utilizado para reforzar las tumbas, siguen contaminando al planeta.point 188 | 1
“También se gasta mucha energía en producir esos materiales, que se utilizan muy poquito tiempo y luego se entierran. No se descomponen muy rápido”, explica Jennifer DeBruyen, profesora de Ingeniería de Biosistemas y Edafología de la Universidad de Tennessee.
Los diseñadores italianos Raoul Bretzel y Anna Citelli parecen tener la solución. La llaman Capsula Mundi (cápsula del mundo, en latín) y es un ataúd orgánico en forma de huevo que también puede utilizare para cenizas.
Una vez enterrada la persona, dicen los diseñadores, la cáscara de plástico biodegradable se descompone y los restos proporcionan nutrientes a un pequeño árbol plantado justo encima de la cápsula.
La idea de la Capsula Mundi surgió en el 2003, cuando la pareja vio toneladas de muebles destruidos después de la famosa feria de diseño Salone del Mobile (Salón del Mueble) de Milán.
Están trabajando en un nuevo diseño que servirá también para cuerpos encapsulados en posición fetal.
“Estas cápsulas pueden ayudar a mantener algo de flujo de oxígeno en el sistema. Además, le aportan carbono a todo el sistema (por el bioplástico). Uno de los obstáculos y desafíos que plantea la descomposición de un cuerpo humano es que es muy rico en nitrógeno y, por eso, los microbios que tratan de descomponer todo ese nitrógeno necesitan algo de carbono para equilibrar el proceso”.