Belén Álvarez es una chica de 27 años que no siente deseo alguno de tener hijos, y decidió someterse a un procedimiento quirúrgico para esterilizarse.
Ella es miembro de un movimiento llamado «Libre de hijos», un grupo que acoge a las personas que se enfrentan a los comentarios y cuestionamientos de quienes no comprenden que no ejerzan la maternidad. El movimiento ofrece información sobre los derechos de las mujeres que se interesan en buscar información sobre como ligarse las trompas.
Para los que juzgan al grupo asumiendo que tienen una postura contra los niños, ella aclara: “No andamos por la calle escupiendo niños”. Belén era una niña cuando dijo por primera vez que no quería convertirse en madre, estudiaba primer grado y en aquel entonces, no le dieron importancia.
A los 14 años, mientras sus amigas del colegio conversaban sobre qué nombres les gustaría ponerles a sus bebés, ella confirmó su decisión. Confesó que le sorprendió la respuesta de una profesora a una alumna que le expresó su compasión por no haber sido madre.
“La profesora le contestó a la alumna que no tuviera pena, que no creyera que ella no había podido, sino que había decidido no tenerlos. Que tampoco se había casado y que era feliz así. Yo sentía lo mismo, pero no sabía que se podía vivir sin esas cosas. Y desde ahí lo tuve más claro que nunca: ‘Este es el estilo de vida que quiero’”.
“Me han dicho de todo, lo más común es ‘cuando llegues a cierta edad se te va a despertar el reloj biológico y va a hacer que quieras tener hijos’”, relató la chica. En Argentina, como en la mayoría de las naciones de América Latina, la maternidad suele producirse más temprano.
Para Belén, era difícil lidiar con los comentarios de su entorno porque luego de los 22 años todavía no tenía hijos. “Hasta los comerciantes del barrio me preguntaban qué pasaba, porque ya tenía 22 y no tenía chicos. Es increíble cómo tanta gente se cree con derecho a opinar sobre tu vida”, cuenta Belén.
Asegura que no le desagradan los bebés, sino que no quiere ser madre y a pesar de que en su entorno la juzgan por su decisión, en el movimiento “Libre de hijos” encontró un espacio en el que no siente que está loca, ni es cuestionada. Para los allegados de Belén era casi incomprensible que siendo tan joven se negara a tener la oportunidad de ser madre, incluso operándose para esterilizarse.
Tuvo un noviazgo por 6 años y las personas aseguraban que sentiría el llamado a tener hijos, pero eso no ocurrió. Conforme pasaba el tiempo, Belén se daba cuenta de que no era aceptado por la sociedad que una mujer decidiera no ser madre.
“La sociedad no está acostumbrada a que una mujer decida sobre su cuerpo, y que el cuerpo es una propiedad privada, y la decisión de tener hijos o no es de cada una”, dijo Belén.
“Encontré un mundo de gente que compartía este sentimiento de no querer tener hijos. Todos teníamos experiencias similares, lidiábamos con la típica tía que en Navidad insiste: ‘¿y para cuándo?’ el movimiento me dio apoyo. Ya no me sentía sola, no sentía que estaba loca”, dijo Belén.
Después de casi una década haciendo gestiones y recibiendo negativas o evasivas de diversos médicos, a finales de 2019 fue operada para someterse a una ligadura de trompas. Belén responde a quienes creen que la maternidad es obligatoria para todas las mujeres. Sobre todo, a los que la califican como egoísta, o le dicen que debería tener hijos para asegurarse de no estar sola en su vejez.
“Conozco tantos ancianos a los que nadie va a ver nunca y mueren solos, que sé que tener hijos no te garantiza nada. Además, ¿Vas a traer a un hijo al mundo para que sea tu enfermero? Eso sí me parece egoísta”. Insiste en que es inaceptable que las decisiones de las mujeres sobre su cuerpo vayan contra “temas de valores, costumbres y de la buena moral”.
“Tenemos que construir una sociedad basada en el respeto por los demás, sea cual sea su forma de vivir”, finalizó Belén.
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