Paigey Cakey, es una joven rapera de Londres, que a sus 18 años de edad comenzó a experimentar alopecia de tracción, dejándola poco a poco más pelada.
La alopecia de tracción se origina por estirar constantemente el pelo de la cabeza. Pagey contó que para cubrir los huecos de calvicie en su cabeza llegó al punto de utilizar máscara de pestañas.
La chica aseguró que se realizaba a diario trenzas pegadas al cuero cabelludo o colas muy tirantes, además, ella reconoce que: “Estaba usando geles realmente fuertes que eran como cemento en mi cabello. Estaba en la universidad, así que quería verme bien”.
La alopecia de tracción genera pérdida de cabello como resultado de estirar el pelo constantemente, por ejemplo, con peinados muy apretados como trenzas pegadas al cuero cabelludo, extensiones, rastas y también coletas muy estiradas.
Si además de esos peinados, le agregamos diferentes productos químicos, es mucho más probable que se ocasione perdida de cabello.
Esto es muy frecuente en mujeres de origen indio o afrocaribeño, donde en su país esos tipos de peinados son muy comunes.
La joven contó que poco a poco, quedó completamente pelada y tuvo que someterse a un trasplante total.
Aunque su cabello estaba cayéndose, Paigey pensaba que no era algo grave, pero luego tuvo que esconder a diario las zonas de su cabeza donde no había pelo y sabía que allí no crecería mas.
“Nadie sabía que tenía parches de calvicie, ya que usaba capas de máscara de pestañas y gel para colorearlos”, dijo Paigey, pero llegó un mommento en el que la situación era insostenible y tuvo que tomar acción.
En noviembre, optó por someterse a un trasplante de cabello. Decidió realizarselo en Turquía, ya que el procedimiento generalmente es mucho más barato que en Reino Unido.
Los trasplantes de cabello no se encuentran disponibles en el sistema de salud público británico y pueden costar entre US$1.400 y US$42.000.
El tratamiento consistió en reemplazar 3.400 folículos en secciones de su cuero cabelludo.
La joven rapera asegura que las inyecciones en su cabeza fueron el “peor dolor” que sintió en su vida, y podía ver que su cabeza se estaba hinchando hasta “el doble de tamaño” y que estaba llena de “puntos de sangre”.
Luego de que el procedimiento terminó, pensó que no había sido una buena idea recurrir al transplante, ya que al verse al espejo se veía peor que nunca.
“Pero a medida que pasaban las semanas, empecé a sentirme mucho mejor y pude ver cómo me salía el pelo”. Paigey indicó que experimentar la pérdida de cabello la hizo recapacitar acerca de qué es lo que nos hace bellos o no: “La belleza es tu interior, es tu personalidad y lo que brilla desde dentro”.