Las autoridades de Wuhan aliviaron las restricciones de viaje el 8 de abril, terminando el confinamiento de la ciudad a los 76 días, pero los residentes y las empresas locales descubrieron pronto que la reapertura total y real de las actividades locales, serán dolorosamente lentas.
A pesar del levantamiento de las leyes de cierre más estrictas, muchas tiendas aún están cerradas, los restaurantes están restringidos a comida a domicilio y los ciudadanos solo pueden movilizarse usando equipos de protección y tratando de evitarse mutuamente.
El estado de ánimo en el terreno es muy diferente a las declaraciones oficiales. En una conferencia de prensa el 8 de abril, Luo Ping, un funcionario de control de epidemias en Wuhan, dijo que algunos sectores de la ciudad ya habían vuelto a una tasa de reanudación del 100%.
En una reunión del gobierno de Wuhan el 25 de abril, prometieron una “doble victoria” del éxito de la epidemia y el crecimiento económico.
Pero incluso los medios controlados por el gobierno han sugerido que los planes para que la ciudad vuelva al 100% de producción podrían ser “demasiado optimistas”.
Durante un reciente viaje a la ciudad, los dueños de negocios le dijeron a reporteros de la CNN que estaban luchando contra las cero ganancias y enormes rentas, y los expertos dijeron que podría tomar meses para que la economía de la ciudad se recupere, si no más.
Algunos propietarios de pequeñas empresas transmitieron su preocupación de que cualquier ayuda del Gobierno probablemente llegue demasiado tarde para salvar sus pequeñas tiendas y restaurantes, lo que los llevará a cerrar definitivamente.
Todavía están cerrados los gimnasios y las salas de cine, sin planes inmediatos para volver a abrir.
La mayoría de las tiendas que han reabierto han cambiado sus modelos de negocio. Las principales cadenas como Starbucks, McDonald’s, Burger King, KFC y Pizza Hut se encuentran entre las marcas que impiden que los clientes ingresen al espacio físico. Ahora las mesas se configuran en los escaparates y el personal saca las órdenes para entregar.
Lo peor de todo es que algunos ciudadanos locales y dueños de negocios le dijeron a CNN que creían que solo era cuestión de tiempo para que una segunda ola de infecciones azote la ciudad, lo que provocaría un segundo cierre y daría otro golpe a la economía.
Puede que nunca volvamos a ese mundo que conocíamos antes de la pandemia.
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