Los inquilinos en un edificio de apartamentos en el este de China escucharon por primera vez el grito, como el maullido de un conejo o un gato.
ADVERTISEMENT
Luego vieron una cosa increíble: el pie de un recién nacido en la abertura de una tubería de baño.
Cuando los rescatistas llegaron, primero intentaron liberar al niño cortando la tubería. Pero eso no funcionó, y el bebé permaneció atrapado.
Entonces cortaron toda la tubería, con el bebé aún adentro, y llevaron la sección a un hospital en Jinhua. Trabajando juntos, los médicos y los rescatistas utilizaron unos alicates para extraer pedazos de la tubería, y finalmente revelaron al bebé, sus hombros y cabeza presionados contra el revestimiento de la tubería. La placenta todavía estaba adherida.
El bebé, un niño conocido como “Baby 59”, logro ser estabilizado, dijeron los médicos a CNN.
La madre del bebé no será identificada, pero la policía dice que tiene 22 años. La policía local dice que creen en la histotia que ella cuenta de cómo el bebé terminó en la tubería.
“Ese día sintió dolores de estómago”, dijo Jiang Song, el subdirector de policía. “Así que fue al baño. En realidad estaba cerca de su fecha de dar a luz y el bebé simplemente se deslizó”.
La policía interrogó a la mujer, quien les dijo que no tenía la intención de que el niño cayera al baño, según un canal local de televisión local.
La policía dijo que supuestamente la mujer trató de recuperar al bebé con un palo, luego decidió tirar de la cadena para limpiar la sangre.
La policía dice que la madre llamó a su arrendador, diciendo que había escuchado un sonido extraño que parecía ser un bebé y sugirió que el arrendador y otros vinieran a revisar. Cuando la policía llegó al departamento, dijeron, encontraron un par de pantalones manchados de sangre.
Según la policía, uno de los bomberos involucrados visitó al bebé y le envió ropa, fórmula en polvo y pañales. Otros rescatistas enviaron botellas de leche y fórmula.
Alguien escribió una nota y la adjuntó a los artículos donados. “No dejes que el bebé se muera de hambre”, decía. “Oremos.”