Carolyn Coddington sabía que el estado emocional de su hijo William, un enfermero de 32 años de edad, que trabajaba en la Unidad de Cuidados Intensivos del Centro Médico JFK, en West Palm Beach, Florida, estaba al borde del colapso.
Sin embargo, nada la preparó para el hallazgo más desgarrador. Conocedora de que su hijo pasó días de estrés extremo luchando en primera línea contra el Covid-19, y sin la protección suficiente, se preocupó cuando no supo nada de él. Y en la mañana del 25 de abril, después de rastrear su ubicación con el móvil, lo encontró sin vida dentro de su auto en el estacionamiento de un hotel, en Deerfield Beach.
La devastada madre comentó que su hijo había estado tratando de sobrellevar el trauma de ver morir a tantos pacientes de su edad, tenía pesadillas con los pitidos de los respiradores de la UCI cada noche, algo que lo estaba matando en vida.
Además lo abatía el pánico por la falta de material de protección sanitario y las condiciones en las que tenía que laborar. Unos días antes, había difundido una queja pública en sus redes: “En mi hospital estamos racionando una mascarilla n95 para todo mi turno. Nos estamos quedando sin batas. Estamos haciendo que la gente haga protectores faciales improvisados que terminan rompiéndose”, escribió William.
Además de la tensión en el hospital, su madre cuenta cómo tuvo que enfrentarse a todo eso solo, porque nadie quería verlo por miedo a contagiarse. Y vivía aislado de sus padres, ya que como eran mayores de 65 años de edad, tenía miedo a contagiarlos. “Sus amigos, no querían verlo porque trabajaba en un hospital, ni siquiera para sentarse a unos metros de distancia”, revela Carolyn, desconsolada.
Su situación era más crítica, porque el enfermero llevaba más de 10 años tratando de superar su adicción a los opiáceos. Y todo esto le afectó tanto que dejó de asistir a sus reuniones de desintoxicación, y el pasado mes de marzo recayó en el consumo de dichas sustancias.
Los psiquiatras mencionan que los trabajadores de la salud con antecedentes de abuso de sustancias pueden tener más dificultades para lidiar con el miedo, el aislamiento y presenciar tantas muertes durante la pandemia.
Si bien la oficina del Sheriff del condado de Broward informó que no manejan ninguna hipótesis sobre un asesinato, se ha abierto una investigación para confirmar la causa de su muerte. Mientras que su familia piensa que lo más seguro es que se haya tratado de una sobredosis.
Su mejor amigo, Robert Marks, cuenta que la víspera de su muerte, a pesar de que no se habían visto en semanas, decidió llamar a William. Pudo notar que estaba muy angustiado, no obstante, le envió un mensaje de apoyo y además le envió 20 dólares por Apple Pay para que se comprara un café antes de su turno. Luego de eso, William no respondió más.
Desolado, escribió un homenaje para William en sus redes sociales: “Deja que tus amigos, esos que están sufriendo de depresión, y especialmente aquellos que trabajan en el cuidado de la salud, sepan que los amas, porque nunca se sabe.
Sé que mis últimas palabras para él fueron de amor, apoyo y esperanza.
Estoy desconsolado. ¿Quería morir esa noche? No lo creo”, dijo Robert. “Apostaría cada dólar que tengo a que fue en un esfuerzo por tener algo de alivio”, agregó.Después, familiares y amigos se reunieron en una vigilia virtual para rendir tributo a William. Todos coincidían en que era un chico excepcional, se había ofrecido como voluntario para luchar contra el Covid-19, y jamás miró por sí mismo. Lamentablemente, las adicciones son así.
Otra amiga comenta: “Por favor, recuerden que ellos no eligieron ser adictos, no es fácil cambiar una vez que la soga está alrededor de su cuello. La próxima vez que te encuentres con alguien que tenga problemas con este demonio, debes saber que no son ellos. Los adictos no son quienes son, es la enfermedad, como un cáncer, la que se ha apoderado”.
Su padre recuerda con especial dolor los mensajes que se intercambió con su hijo: “Por favor, entiérrenme algún día”, dijo William. “No me hagas enterrarte. Te amo”, le escribió el padre. “Yo también te amo”, respondió su hijo.
Mira a tu alrededor, seguramente hay más de uno gritando por ser ayudado y sólo te tiene a ti. Deja un mensaje de solidaridad para que sus padres encuentren consuelo ante tan horrible dolor. ¡Compártelo!