Jenni y Sarah Barrett, quienes se casaron en 2005, cuando Sarah por nacimiento todavía era un hombre al que llamaban Sean.
Durante años la pareja estuvo ocultando su verdadera identidad. La pareja que se conoció en la Universidad Estatal de Arizona mientras se preparaban para ser maestros, comentan que desde el primer instante en que se conocieron sintieron que se pertenecían.
El primero en dar el paso fue Sarah, quien para ese entonces era todo un caballero que hizo que un amigo organizara una fiesta para que pudieran conocerse. Jenni destaca que desde entonces supo que era el elegido, se dijo que haría todo lo posible para estar con él aún después de oír un mensaje de voz en el que intentaba programar una segunda cita.
No pasó mucho tiempo para que la pareja formalizara la relación y contrajera matrimonio, los siguientes años tuvieron dos hijos. Morgan y Toby. Los niños son judíos y llaman a Sarah “Eema” palabra hebrea que significa “madre”. Fue luego del nacimiento del segundo hijo que Jenni notó que Sarah comenzó a usar ropa de mujer en casa. El hombre que había elegido como compañero de vida vestía pijamas de seda o lindos camisones para dormir.
Jenni destaca que en las noches Sean usaba sujetador debajo de la ropa, escondiéndolo con grandes capas de ropa para que nadie pudiera notarlo. Al respecto Jenni dice: “Era obvio que si tuviera un guardarropa completo de ropa de mujer, los usaría en alguna parte. También había algunas pistas, estaba lavando la ropa y había ropa de mujer que no me había puesto, así que Sarah debía haberla estado usando”.
“Una parte de mi tenía miedo de que mis sospechas se confirmaran, otra parte de mí no quería se sintiera incómoda. No quería señalar con el dedo y equivocarme”. Si bien Jenni notó algunos cambios y tenía leves sospechas decidió no hacer nada. Para entonces, sospechaban que su hijo mayor, Morgan, podría ser gay.
La pareja quería que se sintiera cómodo para declarar su orientación sexual, por lo que Sarah se animó a hablar con Jenni y se declaró transgénero.
Con la cirugía de cambio de género espera verse como una mujer.
Con una conversación pausada pero firme, Sean, quien actualmente es Sarah, admitió quién realmente quería ser. Jenni por su parte, se dio cuenta que todo este tiempo había estado ocultando su verdadera identidad: ella se sentía del género femenino.Sarah comenzó la terapia hormonal, ahora toma testosterona y estrógeno todos los días. La pareja ha educado a sus hijos para que se sientan parte del proceso de transición. El próximo año se someterá a una cirugía de género, proceso que Sarah siente que es el capítulo final de este viaje. Si bien algunas personas critican a esta particular familia, Jenni está feliz de tener a su lado a la persona que ama y a sus hijos en todo momento.
“Tomé la decisión de perseverar y estar con Sarah independientemente, ella es mi alma gemela. La gente jamás lo cree, pero puedo decir que nunca sentí ninguna traición o sensación de que me mintieran. Desde que Sarah salió del armario, hemos estado más unidos que nunca, en todos los sentidos, y cuando tenemos intimidad, actuamos como si esa parte de ella no estuviera allí”.
Jenni y Sarah publican en redes su historia para servir de inspiración y mostrar a otras parejas que las relaciones pueden sobrevivir una transición. Ellas quienes se describen a sí mismas como una familia LGBT insisten en que el amor lo puede todo cuando se ama lo que se es y no lo que se ve.
Deja tu opinión sobre el caso, y compártelo con todos.