Se ha convertido en una tendencia de moda en toda China vender estos tipos de llaveros.
Se trata de pequeñas burbujas de plástico llenas de aire con líquido dentro, pero además, encerrados, también introducen pequeños animales como ranas, peces, salamandras y tortugas que quedan atrapadas en el souvenir hasta que mueres de asfixia, además en un espacio donde apenas pueden moverse.
Estos llaveros además están adornados con pequeñas decoraciones de plástico y aunque parezca cruel, a las personas les agrada llevar estos “recuerditos” y contribuyen a que se siga comerciando con estos animales como simple artículo de decoración.
En el año 2011, el medio de noticias CNN reportó este caso y desde esa fecha, aun no se ha podido detener el mercado de este tipo de crueldad normalizada en China.
Estos llaveros se comercian sobre todo en Pekin y otras grandes ciudades del país asiático y se suelen ofrecer a los turistas por un dólar con 50 centavos.
Uno de los vendedores de estos artículos aberrantes señaló justificando su venta que los llaveros contienen oxígeno suficiente y nutrientes cristalizados que hacen que los animales logren sobrevivir por varios días.
Además agregó que pasados unos días podían liberarse los animales antes de que se agotara el oxígeno y no habría problemas, este vendedor de las afueras del metro de Pekin no duda en ofrecer sus llaveros a todos los turistas.
Los grupos de derechos de los animales se han pronunciado en contra de la venta de estos llaveros y han resaltado la carencia de leyes y normas de protección de los animales en China, ante este panorama, el director de Bienestar de Animales Asia declaró:
“La falta de alimentos y la disminución de las concentraciones de oxígeno dentro del agua y la pequeña cantidad de aire en estas bolsas de plástico harán que los animales mueran en un período de tiempo relativamente corto después de sellar las bolsas”.
Es necesario promulgar una ley nacional de protección de animales en ese país pues estos terribles actos que normalizan la crueldad pueden erradicarse y no seguir dañando a animales indefensos para que en caso de recurrir en estas prácticas las personas sean enjuiciadas.
También es necesario que las personas sean conscientes y no promuevan estas prácticas contribuyendo con su compra, además deben tener en cuenta que pueden tener consecuencias a su salud pues el contacto con las tortugas puede propiciar bacterias agresivas al humano como la salmonela.
Aunado a todos estos problemas que implica la venta discriminada de especies, el daño ecológico es inminente, además del daño psicológico y el estrés que provocan a los animalitos al estar hacinados a espacios tan reducidos, en el mejor de los casos, estos souvenirs deberían ser comprados para liberar a los animales o para hacerlos sus mascotas.
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