Una madre hizo el máximo sacrificio por su bebé, rechazando los tratamientos contra el cáncer que la habrían obligado a interrumpir su embarazo.
Liz Joice, de 36 años, descubrió que el cáncer que le habían diagnosticado por primera vez en 2010 reapareció en su columna vertebral solo un día después de haber alcanzado la duodécima semana importante de su embarazo.
La noticia, dijo Liz, fue la “broma más cruel del mundo” después del embarazo sorpresa.
Los médicos le habían dicho que probablemente era infértil después de que su tratamiento de quimioterapia comenzara la menopausia temprana.
Entonces, a pesar del diagnóstico de cáncer, Liz rechazó realizarse las imágenes de resonancia magnética de todo el cuerpo que se necesitaban para localizar posibles tumores adicionales, lo que le habría requerido interrumpir el embarazo.
Su esposo Max, de 35 años, afirmó que tener un hijo “era una de las cosas más importantes del mundo” para su esposa.
Dijo que Liz le confesó que estaría devastada si decidían terminar con el embarazo solo para descubrir que después no podría tener la oportunidad de ser madre.
“Ella sabía que esta podría ser su única oportunidad”, dijo Max.
A Liz le extirparon el tumor de la columna con cirugía, pero reapareció cuando tenía treinta y tres semanas de embarazo.
Liz murió seis semanas después de dar a luz a una niña. Luego de tener a su bebé, los médicos descubrieron que su cáncer se había extendido a su pulmón, corazón y abdomen derechos.
Max dijo que ahora está enfocado en criar a su increíble hija.