Una mujer de 37 años de edad, embarazada e infectada por coronavirus, falleció el domingo en el Hospital Materno Infantil de A Coruña, mientras era sometida a una cesárea de emergencia en el quirófano.
La niña que estaba gestando, ya en la última fase del embarazo, nació sin vida. La madre era vecina del municipio coruñés de Carballo, que intenta asimilar la noticia “completamente consternado por la doble pérdida”, explican desde el Ayuntamiento.
El sábado en la noche se sintió mal, con fiebre y diarrea, y el domingo fue llevada por su pareja al hospital con la idea de que a lo mejor se iba a adelantar el parto. Cuenta la familia, que tres días antes se había realizado una de las pruebas programadas durante el embarazo y el bebé estaba aparentemente sano. En el Materno Infantil, luego de su ingreso, decidieron realizarle una cesárea y previamente le hicieron un test que reveló que estaba contagiada.
La muerte de la madre deja huérfano a un niño de cuatro años y según la información del Servizo Galego de Saúde (Sergas) tenía una “patología crónica previa”, algo que la familia de la fallecida niega rotundamente. Cuando ingresó, Estefanía, la madre, presentaba contracciones y en el quirófano, según contaron fuentes del centro médico, la cesárea se complicó.
Primero nació la niña sin vida y luego falleció la mujer. Su familia lamenta que el cadáver fuese incinerado según el protocolo sin que se le practicase una autopsia para aclarar las causas de la inesperada muerte después de un “embarazo estupendo”.
Su esposo no pudo estar presente en el hospital cuando se produjeron los hechos, porque al dar positivo su mujer según las normas no podía tener acompañantes. Luego, recibió una llamada del centro en la que le notificaron que la situación se había complicado.
Aproximadamente en media hora, su pareja había fallecido y su hija, a la que iban a llamar Julia, había nacido muerta. La madre fue sometida a una reanimación cardiopulmonar a la que inicialmente respondió, sin embargo, acabó muriendo, supuestamente por parada cardiorespiratoria. El Sergas la incluyó ayer por la noche en el recuento del día de víctimas del Covid-19 e informó de que padecía una dolencia “crónica” previa.
En total, 11.000 personas han perdido la vida por Covid-19 en España, mientras que casi 120.000 se han infectado, casi 6.000 han ingresado en la UCI y 30.500 se han curado, según datos del Ministerio de Sanidad y las comunidades.
Actualmente, se tienen pocos datos sobre cómo afecta la enfermedad a las embarazadas y a los recién nacidos, aunque estos parecen escapar del coronavirus de sus madres, según apuntan dos estudios con una docena de gestantes que dieron a luz en hospitales de Wuhan (China) cuando estaban infectadas. Salvo en un caso, todos los partos fueron por cesárea. A pesar de algunos síntomas leves, todos los bebés nacieron libres del virus.
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