Un grupo de activistas y músicos punk de Rusia, Pussy Riot, asumieron este domingo la responsabilidad por la invasión de cancha que realizaron cuatro personas y que interrumpió la final de la Copa del Mundo entre Francia y Croacia.
Sus protestas fueron vistas en varias ocasiones interviniendo actos públicos, donde incluyen música, desnudos, lactancia con pechos al aire y máscaras.
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La policía rusa les acusó formalmente de infringir normas contra los asistentes a eventos deportivos y de vestir ilegalmente uniformes policiales. Las multas son de US$161 y US$23, respectivamente.
Pussy Riot afirmó en un mensaje difundido en su cuenta de Twitter @pussyrrriot, que el acto fue una protesta.
En esta publicación emitió una lista de exigencias al gobierno ruso, incluida la de liberar a los presos políticos, poner fin a los “arrestos ilegales durante las protestas”, y “permitir la competencia política en el país”.
El grupo fue formado en 2011 como una banda de punk-rock feminista. Tres miembros de Pussy Riot fueron encarcelados en 2012 por llevar a cabo una protesta contra el presidente Vladímir Putin en una iglesia, y desde entonces la banda se ha convertido en un símbolo contra el Kremlin.
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El grupo de invasores pudo correr 50 metros, hasta que los guardias de seguridad entraron y los sacaron a la fuerza.
Las cámaras captaron un forcejeo entre una de las personas que entró en el campo y el futbolista croata Dejan Lovren, los croatas iban perdiendo y era un momento bastante complicado para el equipo.
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El confuso incidente duró solamente 30 segundos y el partido se reanudó sin problemas. Francia le devolvió la pelota al equipo croata, que se quedaron sin una peligrosa jugada de ataque. Siete minutos después llegaría el 3-1.