Así como lo escuchas, recientemente un estudio de la Universidad de Kingston ha descubierto que ese “buen” habito más que ayudarnos nos perjudica y afecta nuestra salud.
En nuestras camas podemos encontrar cerca de 1.5 millones de ácaros, unos pequeños arácnidos que viven de las secreciones que expedimos los humanos como el sudor o los residuos de piel y se alojan por lo regular en las fibras de las sábanas o en los colchones.
Estos huéspedes incómodos pueden ocasionar problemas respiratorios muy serios a causa de las sustancias que expiden. Lo mejor que debemos hacer es conservar limpia nuestra cama, almohadas y cobijas para no reproducir más de estos raros bichos.
Fotos: Wikipedia
Es muy común que las personas asmáticas tengan frecuentes problemas a causa de los ácaros, es por eso que es recomendable mantener nuestras camas secas pues básicamente viven de la humedad que expiden nuestros cuerpos al dormir.
Así que si mantienes tu cama sin tender toda la mañana lograrás un ambiente seco con el cuál estos animalitos morirán por deshidratación.
El aire y el sol son muy recomendables, así que procura también abrir las ventanas para que el sol haga su trabajo y no se reproduzcan más ácaros.
Una vez que tu habitación y tu cama se hayan ventilado y disminuido la humedad, será momento de hacer tu cama, pues tampoco sería bueno tenerla todo el tiempo revuelta.
Foto: Shutterstock
Esperamos que este consejo te haya servido, muy pocas veces pensamos en una cama desordenada pero contrario a lo que pensabas, esto te beneficiará. Comparte esta información con tus amigos, seguramente se van a sorprender.
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