Cuando era adolescente, Lisa Pace tenía piel pálida y pecas.
Pero a medida que crecía, se volvió “adicta” al bronceado. Primero comenzó a broncearse en la escuela secundaria en la cama solar privada de su amiga.
“Empecé a broncearme todos los días, o día por medio. Era adictivo. La gente decía: ‘Te ves tan bien, te ves morena’, y eso me animó”. Dijo Lisa.
Pero cualquier exceso puede ser peligroso, y lo mismo sucedió con Lisa, ya que le diagnosticaron su primera ronda de melanoma cuando tenía solo 23 años.
Según la Skin Cancer Foundation, el melanoma es “la forma más peligrosa de cáncer de piel”.
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