Desde que inició la pandemia de COVID-19 se han dado casos de transmisión del SARS-CoV-2 de madres a recién nacidos, muy pocos y la mayoría se cree que por contacto con el ambiente.
Un equipo de científicos documenta una posible infección de una madre joven a su bebé por medio de la placenta.
Los resultados se dieron a conocer en la revista Nature Communications, en un artículo que firman investigadores del hospital Antoine Béclère de Clamart, Francia, quienes aseguran que pese a estos primeros resultados son necesarios más estudios para confirmarlos.
Los investigadores, liderados por Daniele De Luca, afirman que estudios anteriores habían sugerido que puede generarse una transmisión perinatal del SARS-CoV-2, sin embargo, no se tiene claro si es a través de la placenta, por vía cervical o como resultado de una exposición ambiental.
Los autores describen que una mujer embarazada de 24 años fue ingresada en el hospital con fiebre y tos severa y las distintas pruebas confirmaron la presencia de genes relacionados con el SARS-CoV-2.
Luego del parto por cesárea las pruebas realizadas al bebé, y de nuevo 3 y 17 días después, también dieron positivo en los mismos genes que la madre relacionados con el COVID-19; la sangre del recién nacido y el lavado broncoalveolar también dieron positivos.
Observaron que el pequeño presentaba síntomas neurológicos asociados con la infección por el virus que causa la COVID-19, similares a los reportados en pacientes adultos. Los análisis de neuroimagen indicaron una lesión en la sustancia blanca, que los científicos creen que puede ser causada por una inflamación vascular inducida por la infección del SARS-CoV-2.
No se encontraron otras infecciones virales o bacterianas y se excluyeron los demás trastornos neonatales potencialmente causantes de estos síntomas clínicos. Los científicos afirman que tanto la madre como el bebé se recuperaron de la infección y posteriormente fueron dados de alta del hospital.
Los investigadores midieron cargas virales más altas en la placenta que en el líquido amniótico y la sangre materna, lo que sugiere que el SARS-CoV-2 podría replicarse activamente en las células de la placenta y causar viremia neonatal. Esto es coherente con los niveles de inflamación observados en un examen histológico de la placenta.
Al confirmar la presencia del SARS-CoV-2 en el tejido de la placenta y en la sangre materna y neonatal, los investigadores llegaron a la conclusión de que la transmisión de la madre al bebé se produjo por medio de la placenta. Sin embargo, afirman que se necesitarán más investigaciones para confirmar estos resultados.
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