Jacob Tayler, de 18 años, ha sido un verdadero ejemplo de cómo un pequeño acto de bondad puede influir en la vida de otros.
Estaba trabajando en una tienda de zapatos cuando esta niña comenzó a llorar y a hacer berrinches. Otros padres ignoraron la escena y algunas personas rodaron los ojos sin molestarse en detenerse para ver si podían colaborar en aquella situación.
Pero Tayler se acercó a la niña y a su madre y les habló.
Contando lo que sucedió, le dijo a la BBC: “Me pidieron que midiera los pies de una niña pequeña. No sabía que tenía autismo, pero no estaba respondiendo muy bien”.
Lo que hizo resultó ser justo lo que la joven necesitaba. El empleado adolescente la ayudó a probarse un nuevo par de zapatos y le explicó por qué no se sienten tan cómodos como sus zapatos viejos durante los primeros usos.
“Se sentó pacientemente mientras ella lloraba”, escribió la madre de la niña, en un email a la zapatería, alabando al adolescente por su generosidad. “No nos hizo sentir que estábamos tardando demasiado o que eramos una molestia”.
El joven de 18 años recibió una “celebración” de la tienda por su “excelente servicio al cliente”.
Su padre, James Flibble, compartió una foto en Twitter y escribió: “Estoy ridículamente orgulloso de mis dos hijos, pero ayer mi hijo de 18 años se presentó con esto en su trabajo del sábado y estoy muy conmovido”.
Brown también comentó sobre la publicación que ahora es viral, diciendo: “Estoy feliz de que Jacob haya recibido este reconocimiento, realmente se lo merece. Debería estar increíblemente orgulloso”.
Tayler le dijo a CNN: “Realmente disfruto de trabajar con niños con autismo y ayudar a los niños necesitados”.
Espera convertirse en bombero y planea trabajar con personas con necesidades especiales.
Clarks Shoes volvió a publicar el tweet de Flibble, diciendo: “Un gran agradecimiento a Jacob por esta maravillosa respuesta. Todos estamos muy orgullosos de ti!
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