Hay actualmente una escultura en el pueblo de Lidice que conmemora la pérdida que se vivió durante la Segunda Guerra Mundial, cuando Hitler propagó el odio y la muerte indiscriminada.
Todo sucedió en 1942, cuando un oficial nazi llamado Reinhard Heydrich, sufrió un atentado y fue herido a causa de un coche bomba, los inculpados por este hecho fueron los habitantes del pueblo de Lidice.
Después de una semana de los acontecimientos, este oficial quien fue responsable de muchos horrores en el holocausto murió, entonces el poder nazi culpo a este pueblo.
Luego de esto, los oficiales nazis ocuparon en lugar, destrozando en pueblo por completo, además, tomaron prisioneros a todos los hombres mayores de 16 años poniéndoles en fila. De esta manera al disparar, gastarían sólo una bala y cuando esta no llegara a siguiente de la fila repetirían la operación hasta eliminarlos a todos, esto lo hacían para ahorrar balas y así fue como asesinaron a 173 hombres y jóvenes.
Pero esto no se quedaría así, pues faltaba el resto de la población.
Después de fusilar a todos los hombres del pueblo, los nazis mandaron a las mujeres y a los niños a campos de concentración. Fueron hechos prisioneros 178 mujeres que fueron separadas de sus pequeños.
Los niños que fueron llevados, los hicieron examinar para seleccionar cuáles de ellos podían ser germanizados de los cuales, de 105 únicamente escogieron a 17, pues consideraban que sólo ellos eran de raza pura. El resto de los niños no correrían con buena suerte.
Los niños que consideraron de raza pura fueron puestos en adopción por soldados y oficiales nazis. Los más pequeños y los adolescentes fueron enviados a las cámaras de gas y enterrados después en una fosa común.
Al finalizar la guerra en 1945, únicamente 153 mujeres y los 17 niños que habían sido puestos en adopción regresaron a reconstruir Lidice.
Actualmente están colocadas estas esculturas honrando a los 82 niños que fueron cruelmente asesinados por los nazis y que fueron enviados a las cámaras de gas. Estas esculturas fueron creadas por la artista Marie Uchytilová, quien trabajó 20 años para construir las esculturas. Desafortunadamente, la artista falleció antes de poder ver terminada su obra y esta fue concluida por otros artistas quienes dieron los toque finales para poder concluirla.
Esta escultura de los niños, actualmente puede ser apreciada por todos los visitantes y los residentes de Lidice en la República Checa y es un recordatorio del terror y el genocidio que se cometió durante esa cruel guerra.
Esperamos que esta historia sea inspiradora y te deje una gran enseñanza.
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