Cuando durante el embarazo las cosas van bien, todo lo que una madre espera después del parto es ver a su recién nacido sano y salvo.
Pero esto no es lo que sucedió con Jennie Wilklow, quien experimentó un embarazo normal hasta que rompió fuente y su pequeña Anna llegó a este mundo.
La madre que esperaba rostros sonrientes, felicitándola por la bebé, pero solo vio tristeza cuando se recuperó del parto.
Ella no pudo evitar preguntarle a su marido si todo estaba bien, pero el contesto con un “es malo”. Estas palabras también la sorprendieron y la hicieron sentir como su sueño de completar una familia había llegado a su fin.
Más tarde, Jennie descubrió que cuando nació su hija, su piel comenzó a endurecerse y agrietarse. Ella fue diagnosticada con una de las más raras condiciones llamadas Ictiosis Arlequín.
Nuestro corazón está con la madre que tuvo que ver a su única hija sufrir tanto, sin poder hacer nada.
Hubo un momento en que Jennie estaba cansada de preguntarle a la hija si todo estaba bien porque lo único que llegaría a saber era que los médicos se tomaban su tiempo para resolver las cosas.
Y tuvo que renunciar a la esperanza de tener a Anna de vuelta en su vida.
El esposo de Jennie, que había visto a Anna, siempre le decía que la niña tenía el alma más hermosa de todas.
Temía que su hija tuviera cero calidad de vida y estaba considerando si la muerte sería un mejor destino para esta niña, aunque sabía que nunca sería capaz de recuperarse si la perdía.
Pero un alivio para la familia llegó cuando a Anna le fue muy bien en la UCIN y días después de que Jennie viera por primera vez los ojos de su hija, ¡descubrió que ella era realmente hermosa!
Debido a esta rara condición que padecía Anna, todos pensaron que la niña tendría que pasar su vida dentro de una burbuja de nivel de humedad.
Pero la madre asumió su papel con valentía y solía cubrir la piel de Anna con vaselina y alinear su ropa con una capa de ropa sanitaria cubierta con plástico.
Con el tiempo, comenzó a mejorar y finalmente ha podido vivir una vida como la de otros niños de su edad.
Cuando Jennie compartió la historia de su hija con el mundo, Internet se inundó con los mejores deseos para Anna.
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