El joven Sam Ballard tenía 19 años en el 2010 y jugaba al rugby en Sidney.
Durante una fiesta con sus amigos aceptó una apuesta aparentemente inofensiva que le cambió completamente la vida para siempre.
Los jóvenes se encontraba bebiendo y pasándola bien, cuando de repente una babosa apareció deslizándose por el piso. Varias personas que estaban en la fiesta le dijeron al chico “¿A que no te la comes?”, y Sam accedió.
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Luego de comerse la babosa, el joven comenzó sentirse muy mal y lo tuvieron que trasladar al Hospital Royal North Shore, donde le diagnosticaron infección pulmonar, ya que la babosa estaba infectada por Angiostrongylus cantonensis.
Momentos después, lo internaron pero cayó en coma durante 420 días.
Ballard contrajo Meningoencefalitis eosinofílica, una enfermedad que dañó su cerebro y al despertar, el joven estaba cuadripléjico
Ya han pasado varios años de ese desafortunado suceso, y ahora Sam, con 28 años, sufre ataques y no logra controlar la temperatura de su cuerpo. También, tiene que ser alimentado por un tubo.
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El parásito que afectó a Sam, usualmente infecta a las ratas, pero durante las primeras etapas de su ciclo de vida, pueden estar presentes en babosas y caracoles que comen heces de rata, por lo tanto pueden llegar a infectar a las personas que consumen caracoles o babosas que no están bien cocidos.
Ballard, quien todavía está paralizado y requiere cuidados las 24 horas, recientemente fue noticia debido a que el Seguro Nacional de Incapacidad de Australia ha reducido su subsidio de 383.700 dólares a 105.000.
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Sus amigos crearon un grupo para apoyar a Sam llamado Equipo Ballard, destinado a recaudar fondos para los gastos y cuidados médicos que el joven necesita diariamente.
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