Diariamente nos sometemos a ciertas situaciones estresantes, que realmente pueden llevarnos a un punto de quiebre.
Los colapsos nerviosos son reales y pueden llegar a ser muy peligrosos.
A continuación, te presentamos 6 datos que debes considerar durante un colapso nervioso.
Problemas del corazón
Cuando estás frente a un colapso nervioso, el corazón late de manera errática e intensa.
Mientras estás consciente de lo rápido que tu corazón está latiendo, quizá también tengas problemas para calmarte a través de técnicas como la respiración. Tu respiración puede ser rápida y poco profunda. La mejor manera de retomar el control, es a través de inhalando profundamente y exhalando lentamente por tu boca.
Dolores de cabeza
Ante situaciones de estrés, nuestras mentes se sienten bajo una tremenda cantidad de presión, por lo consiguiente los dolores de cabeza harán su aparición.
Problemas para dormir
El tratar de no pensar en nuestros problemas, solo los hace más grandes, por lo que probablemente se te dificulte conciliar el sueño.
La clave es tratar de relajarte, pudiendo observar tu respiración mientras el aire entra y sale de tu cuerpo. Tal vez no elimine la tensión por completo pero definitivamente te ayudará a sentir mejor.
Dolor de estómago
Cuando estás al borde de un colapso nervioso, puedes sentir un continuo dolor de estómago. El estrés hace que nuestros cuerpos se sientan mal, lo cual puede derivar en un tremendo dolor estomacal.
No puedes concentrarte
Cuando tu mente está estresada, puede ser casi imposible enfocarte en algo más. Trata de enfocar tu mente en otras cosas. Con la repetida práctica será cada vez más fácil prestar atención a otras tareas por más tiempo.
Ansiedad
Un colapso nervioso es la ansiedad a su máxima potencia. Sin embargo, no necesitas pasar por un colapso nervioso para saber lo dolorosa y difícil que puede ser la ansiedad. Puedes reducir la ansiedad mediante el ejercicio, la meditación, una terapia y medicamentos contra la ansiedad.
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Cabe resaltar, que este artículo sólo tiene fines informativos, y que en ningún momento debe ser considerado como asesoramiento, diagnóstico o tratamiento médico profesional. Nunca dejes de buscar asesoramiento médico.