La pandemia ha generado en Guayaquil una gran morgue al aire libre, por el temor al contagio del coronavirus.
Cientos de cadáveres se acumulan en las calles de la capital de Ecuador en espera a ser trasladados a los contenedores provisionales prometidos por el gobierno, cuya alcaldesa, Cinthya Viteri, está contagiada.
Lo mismo sucede con 11 alcaldes de los 22 que hay en la región costeña del Guayas, cuya capital es Guayaquil, el lugar donde el Covid-19 llegó desde Torrejón de Ardoz al país sudamericano.
Las fotografías son desoladoras: cadáveres envueltos en plásticos arrojados a la calle o acumulados en hospitales para confirmar que también en Ecuador la pandemia ha superado la capacidad de respuesta del Estado.point 194 | Vídeos efectuados por ciudadanos enseñan cómo familiares llevan a la calle a sus seres queridos fallecidos y los depositan sobre el asfalto por temor a caer contagiados.point 344 |
Incluso los cuerpos oficiales los dejan en las calles o realizan la quema de los cuerpos al aire libre.point 87 | 1
Alvarado López, es uno de los fallecidos, cuyo cuerpo embalado con plásticos negros espera ser recogido en el lugar de desinfección y limpieza de autos en un local de la ciudad. Junto a él, hay otros seis cadáveres dejados en el suelo. “La morgue ya está colapsada, no hay dónde poner los cuerpos. Estamos llenos de muertos por coronavirus”, comenta el trabajador sanitario Ángel Villena.
Los datos oficiales del gobierno, informan que en la mañana de hoy adelantan 2.740 casos positivos y 92 fallecidos. Más de la mitad de ambas categorías son de Guayaquil. “Todo está colapsado: no hay hospitales, ni ambulancias, y tampoco morgues. El rebase es total, absoluto y continuo”, comentó una fuente política del poder guayaquileño, que calcula en 400 el número de cadáveres sin recoger.
El primero de cuatro contenedores frigoríficos se ha instalado en el Hospital Monte Sinaí y el resto se encuentra cerca de los hospitales que decrete el ente gubernamental, tanto para los fallecidos en los centros médicos como para los que se recojan de las calles y viviendas.
Por los momentos, el Gobierno se niega a instalar fosas comunes, sin embargo, su capacidad para enterrar los cuerpos está limitada. “Velaremos por un entierro digno a los fallecidos en la emergencia sanitaria y garantizamos la bioseguridad de los trabajadores proporcionándoles los insumos necesarios”, informó el presidente Lenín Moreno.
La pandemia y el descontrol consiguiente han desencadenado una tormenta política que crece con el paso de las horas. La alcaldesa Viteri, quien impidió el aterrizaje de un avión de Iberia en el aeropuerto de su ciudad por miedo a más contagios, ha imputado directamente al gobierno central: “No retiran los cuerpos de sus casas, los dejan directamente en las veredas, caen frente a los hospitales.”
“Nadie quiere recogerlos. ¿Qué pasa con nuestros enfermos? Las familias deambulan por toda la ciudad tocando puertas para que los reciba un hospital en el cual, ya no tienen camas”, protestó la primera edil.
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