Es algo muy común que las personas suelan estar inconformes con su apariencia, siempre hay una aspiración o ideal de belleza qué alcanzar.
Muchas veces pensamos que creando un cuerpo perfecto o un arreglo con una cirugía podríamos estar más seguros o ser más felices, pero esto no sucede siempre así. Otras personas deciden llevar este deseo de perfección a los límites, como el caso de Amanda Ahola, una chica de Finlandia de 21 años que tiene una obsesión por transformarse constantemente y tal parece que le falta mucho para llegar a su ideal.
¿Te gustaría lucir como una Barbie?
Amanda tiene un ideal máximo de convertirse en una muñeca Barbie humana y por ello ha gastado más de 20 mil dólares y está dispuesta a seguir con este proceso aunque tenga complicaciones, pues ya ha estado en riesgo de perder la vida en intervenciones de cirugía estética, ella afirma:
“Mi ambición es la de parecer de plástico, tanto como se pueda. Una Barbie está cerca de la perfección y yo quiero estar lo más cerca posible de la perfección. Cuando la gente me llama “Barbie”, realmente me hace feliz”.
Esta chica ha tenido que llevar este proceso de transformación extrema por sí sola, pues sus padres no desean apoyarla.
Lo más impactante, es que Amanda para poder solventar todas estas cirugías y tratamientos, vende contenidos para adultos y ella misma los produce, incluso aunque su novio no esté de acuerdo ella no se detendrá para lograr su objetivo.
Sus padres aunque tampoco están de acuerdo en su estilo de vida, no le han dado la espalda y están con ella cuando los necesita.
Su madre Nina, comentó que desde que Amanda era una niña, se comportaba de manera muy extraña, incluso comentó que desde los 4 años, su hija ya quería usar tacones y accesorio para mujeres adultas.
Un ideal llevado al máximo o quizá un trastorno
Podría parecer que los deseos de Amanda por transformarse de esta manera son producto de un sueño o ideal, pero esto también podría ser un indicativo de un tipo de trastorno dismórfico.
Este tipo de desorden se manifiesta en personas que tienden a tener una obsesión extrema por cambiar radicalmente su aspecto físico, los principales síntomas son:
Una marcada obsesión por querer cambiar un defecto físico que incluso es insignificante.
Mostrar gran inseguridad por su apariencia y miedo al rechazo o a burlas.
Una fuerte obsesión con su apariencia física, que es más notoria que el resto de las personas, como mirarse todo el tiempo al espejo o tomarse fotografías obsesivamente.
Una constante comparación con otro tipo de apariencias.
Llegar a extremos para lograr cambiar, incluso con técnicas cosméticas radicales.
Este tipo de trastorno es complicado de controlar por sí solo, se necesita ayuda profesional para evaluar el tratamiento que tienen que llevar o la manera de ayudar con terapias psiquiátricas. Quizá el caso de Amanda se trate de un trastorno y no sólo de un ideal de belleza.
Como sea, Amanda abre una gran reflexión para las personas que no están de acuerdo con su cuerpo o su apariencia. Algo muy importante es querernos y respetar nuestro cuerpo, de esta manera tendremos más seguridad en la vida.
¿Qué opinas de Amanda? ¿Llegarías a estos extremos para ser bella?
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