El restaurante Prime Rib de Laurenzo en Houston, Texas, era el lugar donde solían cenar Milo Castillo y su familia.
Eran clientes habituales y, por lo tanto, el personal fue amable con ellos.
Milo era un niño especial. Él sufría de síndrome de Down. Ha pasado bastante tiempo desde que visitaron Laurenzo’s. Milo quería saludar a sus amigos del restaurante.
Ha pasado bastante tiempo desde que visitaron Laurenzo’s. Milo quería saludar a sus amigos del restaurante. Entonces, la familia decidió cenar en casa de Laurenzo. Estaban sentados en una mesa esperando su comida.
Había otra familia sentada junto a la familia Castillo. La familia se puso de pie y se trasladó a la parte posterior con una expresión molesta.
A Michael Garcia, el camarero que estaba viendo todo esto, no le gustó el hecho de que la familia decidiera cambiarse de mesa solo por Milo.
Fue entonces cuando el camarero Michael García escuchó que el padre de la familia decía algo que no podía creer: los niños especiales deben ser especiales en otro lugar.
Estaba tan molesto y no podía manejar sus emociones. Fue a la familia y dijo que no podría atenderlos. El padre se sorprendió y conmocionó. Michael le dijo al padre que no tenía derecho a decir algo como esto a un hermoso ángel.
La familia Castillo no tenía idea de lo que estaba sucediendo; estaban disfrutando de su comida. Se sorprendieron al saber que Micheal defendió a Milo.
La madre de Milo, Kim, dijo que la amabilidad de Michael fue significativa y conmovedora e incluso cuando él no les debe nada, él los defendió.
Ella dijo que todos venían a un restaurante a comer comida sabrosa en paz, a nadie le gusta que un niño ruidoso y perturbador se siente a su lado. Ella agregó que Milo es solo un niño con necesidades especiales y no debería ser discriminado por lo que es.
La historia se extendió como un incendio forestal. Cuando llegó a oídos de la gente, comenzaron a apreciar a Micheal, le enviaron regalos y elogios.
Un mes ha pasado después del incidente. The Rise School, donde Milo estudia, tuvo una celebración, e invitaron a Michael como invitado especial. Fue una celebración de agradecimiento honrando a Michael Garcia.
Michael donó $ 1,145 a la escuela. Fue un momento emotivo para Michael cuando los niños le presentaron una canción en lenguaje de señas. Todos le dieron a Michael un fuerte abrazo.
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