Steven García se encontraba en su servicio militar en Corea del Sur, cuando su mujer lo llamó para decirle que su bebé había muerto.
Como padre primerizo e ilusionado con su hijo, se sintió devastado ante la noticia. Pero, el bebé seguía vivo, había sido “vendido” y, por encima de todo, él no era el padre biológico. El Sargento Steven Garcia, de 24 años de edad, se enteró de la verdad un mes después de que su esposa, Marina García, de 31 años, le mintiera sobre su supuesto hijo.
Steven ahora no solo lucha contra el trauma que toda la situación le causó, sino que también mantiene una lucha legal para recuperar la custodia del pequeño Leo, quien se encuentra viviendo en hogares temporales. Marina Garcia, por su parte, ha admitido su culpabilidad en el delito. En enero, Steven recibió noticia de que la bebé que su esposa había dado a luz, murió en el parto.
Sin embargo, el bebé estaba vivo y era varón. Había nacido el 2 de febrero y la madre lo había entregado a sus viejos amigos, Leslie y Alex Hernández, oriundos de Texas. La verdad se supo cuando los Hernández viajaban en carretera de vuelta a casa, después de tomar al bebé quien tenía apenas 3 días de nacido. Un oficial de la carretera los detuvo por ir conduciendo a exceso de velocidad.
Cuando fueron detenidos, los Hernandez se comportaron de forma extrañamente nerviosa, lo cual hizo sospechar al oficial de que algo malo ocurría. Tras cuestionarlos, los Hernandez confesaron que el bebé que llevaban no era de ellos, y que Alex había falsificado la firma en el hospital, simulando ser el padre, para poderse llevar al bebé.
La familia de Garcia, quienes han nombrado al bebé Leo, aseguran que Marina vendió al bebé a sus amigos a través de Facebook. No obstante, las autoridades aún no han podido confirmar que un intercambio de dinero por el bebé se haya llevado a cabo. Autoridades no han confirmado que haya habido venta de bebé, aunque la familia así lo sospecha.
Los Hernández se declararon culpables de conspiración y falsificación, y pasarán 5 años en libertad condicional. Marina se declaró culpable de intento de actividad fraudulenta y será sentenciada el mes entrante. Fiscales sugieren que haya tiempo en prisión en su condena.
Mientras tanto, la lucha por Leo acaba de empezar, pues Steven ha gastado miles de dólares en viajes desde Corea para ir a Arizona a visitarlo, y se encuentra en proceso legal para obtener la custodia del bebé, sin importarle que no es el padre biológico. Marina declaró a investigadores que el bebé no es de Steven, y que no tiene idea de quién pueda ser el padre.
Steven, quien ya solicitó el divorcio, dice que tuvo relaciones sexuales con su esposa en mayo de 2017, poco antes de partir a Corea, y estuvo toda la gestación bajo la suposición que él era el padre del bebé. Steven, quien es adoptado, dice que no le importa no ser el papá del bebé, y que quiere cambiar la vida del niño tal como sus padres adoptivos lo hicieron con la suya.
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