Harris nació con 16 semanas de prematuro.
Al nacer prematuramente, los órganos que aún no se han desarrollado no funcionan del todo bien.
El bebé luchó por su vida durante dos semanas, y los doctores ya pedían a los padres que se despidieran de su recién nacido.
Los médicos que se daban por vencidos, hicieron un último intento con Harris y el tratamiento con esteroides. Sin esperar mucho de esto, el niño milagrosamente sobrevivió.
Luchó por su vida y ha ganado la pelea. Los médicos incapaces de creer lo sucedido, lo han llamado un milagro.
La madre de Harris tuvo un sangrado múltiple intensivo durante su embarazo y fue monitoreada de cerca en el Hospital Heartland. Después de un tiempo, El nacimiento de Harris se adelantó mucho a su fecha.
Cuidado de los doctores de Harris
Después de nacer, Harris tenía un peso de aproximadamente 600 grms. El hecho de que pesara tan poco hizo que los médicos lo mantuvieran en cuidados intensivos.
Al no estar completamente desarrollados, los pulmones se llenaron lentamente de fluidos, lo que dificultaba la respiración del bebé.
La balada duró unas dos semanas, pero Harris jamás dejó de intentarlo.
Los doctores le pidiendo a los padres de Harris que se despidieran, cuando se quedaron sin esperanzas. Pero al final usaron una carta de triunfo, sabiendo que ya no importaba si este tratamiento funciona o no. Darle esteroides a Harris le dio el tiempo extra que necesitaba.
Los médicos siguieron con el tratamiento durante una semana. Al ganar esta pelea, lo liberaron de los cuidados intensivos. ahora Harris se está convirtiendo en un niño normal, mientras se recupera lentamente.
Harris está creciendo como un niño normal, luchando contra todo pronóstico y viviendo una linda vida con sus padres.
Su historia sigue inspirando a sus padres, vecinos y a todos el que lee sobre su mensaje de nunca renunciar a la vida, sea lo que sea que se cruce en su camino.