El niño de siete meses quedó expuesto a temperaturas de -7 ° C durante cinco horas en una ciudad de Rusia.
Según los medios locales, los padres admiten haberlo puesto en el balcón para dormir al aire libre y no pensaron que traería ese tipo de consecuencias.
Después de la tragedia, el Ministerio de Salud dio un comunicado aconsejando a las personas a que no dejaran a los niños pequeños afuera de casa durante el invierno sin supervisión.
“Siempre deben saber dónde y con quién están [sus hijos]”, dijo el ministerio en una publicación de Instagram.
“No pasen de largo si otro niño está en peligro; en invierno, un niño perdido o herido en la calle puede convertirse rápidamente en víctima de las bajas temperaturas”, agregó.
También declaró que cada vez eran más los niños en Rusia que se convertían en víctimas de la “ignorancia” de los padres y la negligencia de lo que describió como medidas básicas de seguridad.
Según el sitio de noticias ruso Lenta, un informe preliminar sobre la muerte del niño sugiere que fue por hipotermia.
La hipotermia ocurre cuando la temperatura central del cuerpo disminuye debido a la exposición al frío, y puede ocurrir incluso con temperaturas suaves si la persona pasa demasiado tiempo expuesta.
Los ancianos y los bebés menores de un año corren mayor riesgo entre las personas sin otros problemas de salud.
Llevar a los niños pequeños a dormir al aire libre no es raro en países con climas más fríos.
La teoría detrás de las siestas al aire libre es que exponer a los niños al aire fresco, incluso durante el invierno, puede ayudar a evitar la tos y los resfriados futuros.
Los padres en países nórdicos como Finlandia y Noruega también creen que sus hijos duermen mejor y por más tiempo cuando están al aire libre.
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