Un bebé recién nacido y al borde de la muerte en Reino Unido, estuvo “congelado” durante cuatro días para mantenerlo con vida.
Edward Ives, tenía solo un cinco por ciento de posibilidades de vivir, ya que su corazón latía a más de 300 latidos por minuto.
Así que los médicos trataron de forzarlo a disminuir el ritmo de los latidos bajando su temperatura.
Los padres del recién nacido observaron nerviosamente mientras su hijo yacía sedado y frío al tacto, envuelto en una manta llena de gel refrescante.
Pero el tratamiento pionero funcionó y, en la tarde del cuarto día, sus latidos finalmente se normalizaron.
“Fue horrible verlo acostado allí, congelado en nada más que un pañal”, dijo la madre Claire Ives, de 29 años. “Parecía que estaba muerto.
“Todo lo que quería hacer era recogerlo y darle un cálido abrazo.
La Sra.
Ives, siendo enfermera, adivinó que algo estaba mal con Edward cuando tenía 35 semanas de embarazo y escuchó su corazón latir rápidamente.
Las pruebas confirmaron sus sospechas. Su hijo tenía taquicardia supraventricular que era potencialmente mortal.
Ella y su esposo Phillip temían lo peor.
Pero, Edward sobrevivió gracias al esfuerzo de los doctores.
“Cuando lo llevé a casa, me sentí como un sueño hecho realidad”, agregó la madre.
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