La muerte de un bebé durante su bautismo causó conmoción e indignación en la población de Rumania, en donde se investiga el caso como un homicidio involuntario.
Lo que se supone es un momento de celebración para los padres que introducen a sus bebés a la religión, acabó en una tragedia para una familia en Suceava y ha puesto en jaque a la Iglesia Ortodoxa. Como parte del ritual, los sacerdotes ortodoxos bautizan a los niños sumergiéndolos tres veces en agua bendita.
El sacerdote zambulló al bebé de seis semanas de nacido en el agua. El bebé estuvo llorando demasiado y a pesar de eso el ritual religioso continuó hasta que quedó inconsciente. El bebé sufrió un paro cardiorrespiratorio durante la ceremonia.
El pequeño fue llevado a un hospital, en donde después fue declarado muerto. La autopsia reveló que en los pulmones del bebé había líquido y una vez que se conoció el caso, la polémica se enfocó en el procedimiento del ritual llevado a cabo por la Iglesia Ortodoxa.
Una petición que circula en internet pide cambiar la parte del ritual en que los bebés son sumergidos en el agua tres veces. La petición logró reunir alrededor de 60 mil firmas, de acuerdo con los reportes.
“La muerte de un recién nacido por esta práctica es una tragedia. Este riesgo debe descartarse para que triunfe el gozo del bautismo”, dice parte de la petición. Tras la polémica y los reclamos, la Iglesia Ortodoxa informó ya que se han dictado nuevos protocolos para los bautismos, “pero no todos los sacerdotes los cumplen”.
Vasile Banescu, portavoz de la iglesia, dijo que los sacerdotes solo pueden verter un poco de agua sobre los niños bautizados, no sumergirlos tres veces como era costumbre.
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