Su dieta consistía en ingerir únicamente 100 calorías diarias.
Con esfuerzo y perseverancia logró vencer la anorexia.
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La sociedad actual está llena de estereotipos. En la publicidad y en la mayoría de los medios de comunicación vemos a personas con cuerpos esculturales. Esto causa que mucha gente se sienta mal con su cuerpo y que intente a toda costa lucir en forma o delgada. El caso que te presentamos en este artículo es realmente impactante. Se trata de una chica que con esmero y valentía logró salir adelante.
Hannah Lucas es de origen británico y estuvo al borde de la muerte por intentar estar lo más delgada posible. Ella pesaba 80 kilos y bajó hasta los 25.
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Actualmente tiene 23 años pero ella afirmó que debido a su enfermedad lucía como una mujer de 60. Llegó un momento en que tenía que hacer su vida en silla de ruedas, ni siquiera podía bañarse. Solo ingería 100 calorías diarias por lo que no tenía fuerza para realizar muchas actividades, inclusive dijo que a veces no lograba percibir su pulso. Actualmente se encuentra en su peso ideal.
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Hannah vivía con muchos prejuicios, frente al espejo siempre se veía gorda aunque no era así. Un día su hermana la llevó al doctor, ahí se dio cuenta que pesaba 50 kg, lo cual no estaba mal. Pero en solo 3 semanas perdió otros 6 kg, fue cuando el problema comenzó a tornarse serio.
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Hannah se encontraba sola en ese momento, pues a su madre le habían diagnosticado cáncer y por este motivo le amputaron un brazo, su hermana también estaba atravesando por un mal momento pues tenía depresión. Hannah mencionó que calmaba su ansiedad comiendo. Una vez que acudió a una clínica le dijeron que debía someterse a un tratamiento o de lo contrario la obligarían.
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Ella decidió asistir a la clínica especializada de problemas alimenticios, pero ahí se deprimió más y bajó más peso. Al respecto mencionó:
“Bajé a 25 kilos. Gritaba ‘me quiero morir’. Pensé que iba a morir. Ya no veía razón por la que vivir”.
Los especialistas le dijeron a la madre de Hannah, que probablemente su hija moriría, ella a pesar de padecer cáncer intentó ayudarla y un día le regaló un set de maquillaje que tenía un espejo. Esta fue la reflexión de Hannah:
“Al mirarme al espejo pensé ‘esa persona no soy yo’. Estaba asombrada con mi apariencia”.
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Desde ese momento ella tomó la decisión de salir adelante.
En un principio tuvo que aprender a caminar de nuevo. No fue fácil, incluso varias veces fue internada en la clínica. Hannah mencionó que el hijo de su hermana le dio mucha fuerza para salir de su enfermedad.
“Me enamoré de él instantáneamente. Es tan lindo. Sé que suena loco pero creo que eso fue lo que me hizo recuperarme. Él me hace sentir feliz cuando estoy triste.”
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Hannah logró salir adelante, su historia ha inspirado a muchas personas y también es un llamado a la sociedad para hacer a un lado los prejuicios.
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