Un adolescente asesinó a su madrastra y afirmó que un profeta ordenó el asesinato en un chat fatal de WhatsApp.
El joven de 18 años apuñaló brutalmente a su madrastra, de 39 años, en el cuello, antes de degollarla en el asesinato a sangre fría en su casa en Sudáfrica.
Según medios locales ha sido encarcelado durante 20 años.
El asesino Norris Russel “Rasi” Mutambaziko estuvo a pocos minutos de matar a su hermano de cuatro años en el ataque a la casa familiar en Pietermaritzburg, a unos 60 km de Durban, pero dijo “algo en mí me dijo que no lo hiciera”.
El padre del adolescente llegó a casa y encontró a su hijo de cuatro años cubierto de sangre “tratando de despertar a su madre” después del horroroso ataque.
El joven se declaró culpable de asesinato, dijo que recibió un mensaje de WhatsApp de un profeta bien conocido llamado John Katsiru que quería su atención en un asunto muy serio, de acuerdo a información de medios locales.
“John me dijo que no estaba viviendo una vida agradable y que estaba luchando y la causa de esto eran las lágrimas de mi madre biológica”, dijo Mutambaziko al Tribunal Superior de Pietermaritzburg en su declaración de culpabilidad.
El asesino dijo que el profeta le dijo que su madrastra Caroline Chenai Mubvakure había puesto la medicina tradicional africana, llamada muthi, en la comida de su esposo para provocar discusiones entre el padre y el hijo.
Mutambaziko dijo que John le dijo que para liberarse del “hechizo”, debía matar a su madrastra y a su hermano de cuatro años.
Dijo que estaba “sorprendido” y le preguntó al profeta si había una alternativa, como orar para que el hechizo desapareciera.
Mutambaziko dijo que John le dijo que borrara la conversación de WhatsApp, antes de que la pareja se reuniera en la casa del supuesto profeta.
“Cuando estábamos en su casa, empezó a decirme que si no hacía lo que me dijo, moriría”, dijo Mutambaziko al tribunal.
El adolescente con lavado de cerebro fue a la casa de su madrastra el 5 de septiembre, donde se abrazaron antes de que él le pidiera un vaso de agua.
Cuando la mujer desprevenida, que trabajaba como limpiadora de oficinas, se dio la vuelta, su hijastro agarró un cuchillo y la apuñaló en el cuello.
“Ella trató de luchar y la apuñalé de nuevo y cayó al suelo”, dijo.
“La dejé allí y fui a la habitación donde estaba mi hermano menor, pero no pude matarlo ya que algo en mí me decía que no lo hiciera.
“Volví con la fallecida y pude ver que todavía estaba viva. Luego le corté la garganta con el cuchillo y murió “.
Mutambaziko dijo que luego se puso en contacto con John, quien exigió alrededor de 100 dólares, para “detener a los malos espíritus” porque no logró matar a su hermano pequeño.
La espantosa escena fue descubierta por el padre del asesino cuando regresó a casa de hacer recados y encontró a su pequeño hijo cubierto de sangre.
Chino Mutambaziko, de 54 años, dijo que el cuerpo de su esposa estaba “todavía caliente”, por lo que pensó que podría salvarla, pero que ya estaba muerta, de acuerdi a información de medios locales después del asesinato.
“Creo que mi hijo trató de despertar a su madre después de que fue atacada y así fue como se manchó la ropa con sangre porque no lo lastimó excepto por un pequeño bulto en la barbilla”, dijo.