Un padre de 62 años de edad, fue condenado a 24 años de cárcel por abusar por más de 15 años de sus dos hijas y haberlas obligado a abortar unas 12 veces en Santa María, provincia de Catamarca, en Argentina, informaron los medios locales.
El acusado, cuyo nombre no fue revelado, empezó a abusar de sus hijas cuando tenían 7 y 10 años respectivamente. Las niñas se iban de vacaciones con su padre a una casa que tenían en el campo, mientras su madre se quedaba en casa.
Según la historia de las víctimas a la Fiscalía de Catamarca, cuando una de las menores cumplió 12 años, quedó embarazada por primera vez, el hombre la obligó a quedarse más tiempo en el campo y amenazó con asesinarla, en ese tiempo no recibió comida y era golpeada diariamente. La intención del padre era que tuviera un aborto espontáneo.
Sin embargo, la menor logró llegar hasta el octavo mes, y cuando inició el trabajo de parto, su padre la colgó de las piernas, la tiró en la cama y le pegó. El bebé solo logró vivir unos pocos días. Con el tiempo, el hombre fue capaz de conseguir unos medicamentos para provocarle los siguientes abortos a sus hijas. Se había hecho amigo de un agente sanitario de la localidad.
La menor de las víctimas comentó a la justicia que tuvo seis embarazos más, seguidos por seis abortos. Y describió que la séptima vez, luego de que su padre le provocara el aborto, su bebé salió en pedazos de su interior y para deshacerse del feto, se lo dio a una jauría de perros.
La otra víctima afirmó que comenzó a ser violada cuando tenía 11 años, en el año 2004. Bajo las mismas amenazas que le hizo a su hermana mayor. Quedó embarazada en varias ocasiones, tuvo dos hijos, uno de los cuales sigue vivo. Las dos víctimas, que hoy tienen 21 y 24 años, también denunciaron que su agresor las entregaba a hombres desconocidos para que tuvieran sexo con ellas y así poder disimular el origen de los embarazos.
En el 2009, las hermanas contaron todo a su madre, que también era víctima de maltratos y abusos, y las tres huyeron de la casa donde todos vivían. Sin embargo, no fue sino hasta el año pasado que se atrevieron a denunciar “al monstruo de Santa María”, como lo han apodado por las atrocidades que cometió.
El hombre fue detenido, admitió cada situación relatada por sus hijas y pidió perdón delante de los jueces. La Cámara en lo Criminal de Tercera Nominación de Catamarca lo condenó a 24 años de cárcel, sin embargo, el drama de su hijas todavía continúa, ya que no hay una pena adecuada para este tipo de cosas, dijo el fiscal del juicio, Rubén Carrizo, horrorizado.
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