Jen Bricker nació sin piernas, sin embargo, eso no la detuvo al momento de practicar deportes e inclinarse por la gimnasia, una pasión que la llevó hasta las Olimpiadas Juveniles.
Hoy, como adulta, Bricker tiene una exitosa carrera profesional como acróbata, misma que le ha permitido trabajar en Disney World y acompañar a Britney Spears en una de sus giras mundiales.
Sin embargo, su historia de vida es sin duda alguna, llena de deseos de constante superación. Luego de haber nacido, Bricker fue abandonada en el hospital por sus padres biológicos, pero una familia de inmigrantes rumanos, Sharon y Gerald Bricker, la adoptó. Desde aquel entonces, la joven creció idolatrando a la gimnasta de origen rumano Dominique Moceanu.
“No podía dejar de hablar de ella. Sabía que también era de origen rumano, y además, nos parecíamos. Yo era su más grande fan”, comentó. Sin embargo, no bastaron más que un par de años para que Bricker descubriera que Moceanu no era solamente su ídolo, sino también su hermana. Al parecer el amor por la gimnasia era de familia.
Cuando Jennifer tenía 16 años de edad, le preguntó a su madre si había algo que no le habían dicho acerca de su familia biológica.
No esperaba que le contestara que sí, porque sus padres siempre fueron muy sinceros.
Para su sorpresa, su madre tenía algo importante que decirle: “Tu apellido biológico habría sido Moceanu”. No había duda de lo que eso significaba.“De inmediato cuando me dijeron eso pensé: eso significa que Dominique es mi hermana”, afirmó Jennifer.
Los Brickers lo descubrieron unos años antes por pura casualidad. Jennifer había entrado a sus vidas luego de una adopción cerrada, sin embargo, los nombres de sus padres biológicos aparecieron en algunos documentos. Durante las Olimpiadas de 1996, las cámaras de televisión tomaron la imagen de la madre de Dominique, Camelia, y del padre, Dimitri, entre la multitud.
Cuando sus nombres aparecieron en la pantalla, los Bricker supieron que estaban mirando a los padres de Jennifer. Sin embargo, decidieron no contárselo a su hija hasta que fuera mayor. Cuando se enteró, Jennifer quiso ponerse en contacto con Dominique, sin embargo, estaba decidida a plantear el encuentro de la manera más correcta posible, por lo que decidió enviarle una carta a su nueva hermana.
“No podía simplemente llamarla y decir ‘Oye, soy tu hermana’. No quería que pensara que estaba loca”, recuerda Moceanu, quien estaba a semanas de dar a luz a su primer hijo, se sorprendió al saber que tenía un nuevo vínculo familiar; y el hecho de que no tuviera piernas la sorprendió todavía más.
“Pensé: ella no tiene piernas y practica gimnasia y voleibol, ¿quién es esta chica?”, narró Moceanu. Luego del encuentro, Bricker conoció a su segunda hermana, Christina. “Siempre es muy divertido cuando nos reunimos las tres. No puedo creer que esta vida loca sea la mía. Y cuando digo loca, me refiero a que es maravillosa”, finalizó.
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