Con fines científicos y médicos en la Universidad de Lisboa conservan la cabeza de uno de los asesinos seriales más conocidos en la historia de Portugal.
Actualmente se pueden ver a los doctores caminando entre los pasillos de ese recinto despreocupadamente, parece no perturbarles el tener que encontrarse cotidianamente con aquella parte humana.
Se sabe de él, que su nombre en vida fue Diogo Alves, quien fue condenado a la horca y parte de esa condena era conservar su cabeza para estudiar su conducta, desde entonces se exhibe en un frasco en la universidad. Fue en la historia de Portugal, el último condenado a muerte y parte de ese hecho histórico se puede constatar con este vestigio.
Foto: Pinterest
Diogo Alves fue un joven nacido en Galicia España en el año de 1810 y viajó a Lisboa de joven donde rápidamente comenzó su vida de crimen, cuando fue capturado contaba con sólo 26 años, su forma de operar era esperando a sus víctimas, por lo regular granjeros que regresaban de noche, después de robarles sus ganancias los lanzaba desde un acueducto de 60 metros de altura.
Este patrón lo repitió cerca de 70 veces hasta que decidió cambiar su modo de operar y comenzó a robar casas y asesinar a los que la habitaban.
Lanzaba a sus víctimas de un acueducto.
Foto: freeimages
La policía creía que se habían suicidado, las personas que encontraban bajo el acueducto, hasta que dieron con el causante de las muertes.
Como era de esperarse, en ese tiempo no se hacía ninguna investigación a fondo de los casos y le restaban importancia por ser las víctimas en su mayoría gente muy pobre.
Cuando por fin dieron con Alves, fue por haber asesinado a un renombrado médico de Lisboa y fue entonces que recibieron su confesión, donde aceptaba por lo menos 70 muertes por sus propias manos.
Diogo Alves asesinó por lo menos a 70 personas.
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Después de haber descubierto que él estaba detrás de todos esos asesinatos, la justicia ordenó su ejecución y que debían conservar la cabeza para ser examinada por los especialistas en frenología, una ciencia en aquel entonces muy utilizada.
Fue condenado a morir ahorcado.
Foto: Museum of Medicine in Lisbon
Esta condena fue hace más de un siglo y en aquel entonces era utilizada la pena de muerte, aunque no se llevara a cabo muy seguido. La condena fue ejecutada por la justicia de Portugal.
Solamente se arrepintió de uno de sus crímenes.
Foto: hirudroid
En su interrogatorio confesó cada uno de sus crímenes y no mostraba ningún gesto de arrepentimiento, por el contrario se notaba sin ninguna reacción considerable y fue en su declaración que contó, que únicamente al asesinar a un niño llegó a sentir arrepentimiento, debido a que el pequeño no dejaba de gritar y por miedo a ser descubierto, lo terminó asesinando.
La cabeza de Alves se conserva desde hace más de 176 años.
Tiene 176 años la cabeza de este asesino y se puede ver por el público en Portugal. Es impresionante el nivel de conservación y aunque fue puesta ahí y es exhibida, su propósito inicial era para estudiar el comportamiento del asesino.
La cabeza sería estudiada para encontrar los rasgos del asesino por la ciencia de la frenología
Aunque fue extraída la cabeza de Alves de su cuerpo, los científicos no pudieron determinar las causas de su comportamiento asesino.
Esta cabeza es exhibida en la Facultad de Medicina de la Universidad de Lisboa.
Foto: YouTube
Actualmente el público puede ver la impresionante mirada de este asesino en serie.
Foto: Público
Su condena ha durado más de 176 años, prisionero en un frasco.
Foto: Público
Se pueden apreciar incluso sus rasgos en excelente conservación.
Foto: 4SEE Photographers
Seguramente verlo en vivo debe ser una experiencia impactante.
Foto: Portal do Exército Português
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