Cuando apenas tenía tres semanas, Rosie, la gatita callejera, se encontraba en un estado terrible y apenas sobrevivió.
Su salvador decidió intentar algo un poco diferente al permitir que el gato pequeño abrace a Lilo el Husky. Al instante, Rosie comenzó a amamantar a Lilo, haciendo que el cachorro la amamantara y la ayudara a ir al baño. ¡Gracias a Husky, Rosie pronto se recuperó por completo e incluso comenzó a abrir los ojos!
©lilothehusky
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Ahora, después de un tiempo, Rosie ha consolidado su papel como miembro de la familia, ¡que incluye un total de tres Huskies! Con sus amigos perrunos a su lado, Rosie sale a caminar, a salidas al parque y en viajes a la playa. En cuanto a Lilo, todavía ama a Rosie tanto como lo hizo cuando se conocieron. En conjunto, son un duo inseparable.
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Mira a Lilo y al bebé Rosie en acción:
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