El pequeño ahora tiene 7 años, está creciendo sano y feliz con su abuela y su madre.
A pesar de que esta historia comenzó en el año 2011, aún sigue conmoviendo a muchas personas en todo el mundo, pues demuestra que muchas veces el amor de un padre puede llegar a hacer todo por sus hijos y fue así, como una madre de 61 años, no dudó en ayudar a su hija a cumplir su sueño de ser también madre.
Mary Rafferty
El nombre de esta gran mujer es Kristine Casey y es originaria de Chicago en los Estados Unidos. Ella se sacrificó para darle la alegría más grande a su hija Sara y como toda una heroína, ofreció su vientre para que ella pudiera tener a su hijo.
Esta historia tan especial comenzó así
Seguramente muchas personas se preguntarán, cómo fue que esto pudo pasar, pero la respuesta es realmente muy sencilla, pues una madre puede hacer cualquier cosa por su hija y casos como este podrían darse más de lo que nos imaginamos en el mundo.
Según publicó el medio Daily Mail, el deseo tan grande de Sara Connel y su esposo Bill de convertirse en padres los hizo buscar muchas veces la forma de poder concebir un bebé, pero sin resultados positivos.
Habían perdido las esperanzas y sufrieron varias pérdidas en estos intentos.Una opción que no habían probado, fue el de un vientre subrogante, es decir, que otra mujer desarrollara a su hijo en su vientre para poder nacer.
En ese momento, Kristine tuvo la idea de ofrecerse y darle a su hija la alegría más grande de su vida y también poder ver nacer a su nieto.
Kristine, a los 61 años, al poco tiempo, quedó embarazada de su propio nieto por medio de la fertilización in vitro.
Además, nunca tuvo ninguna complicación y el parto sucedió sin inconvenientes. Fue así como en el 2011, llegó al mundo el pequeño Bill.
Bill nació completamente sano y hermoso.
Actualmente, Bill cumplió 6 años y vive muy feliz con sus padres y su amorosa abuela.
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