El glaucoma es una enfermedad del ojo caracterizada por un aumento de la presión dentro del globo ocular que causa un daño progresivo en la retina y a veces puede llevar incluso a la pérdida de la visión.
Síntomas
En la forma más común del glaucoma, la acumulación de la presión del fluido ocurre lentamente. Con frecuencia, no hay síntomas molestos o dolorosos. En las variedades menos frecuentes de glaucoma los síntomas pueden ser más severos, e incluye los siguientes:
-Visión borrosa
-Dolor de ojos y de cabeza
-Náuseas y vómito
-La aparición de halos color arcoiris alrededor de las luces brillantes
-Pérdida repentina de la visión
Causas
Como dijimos anteriormente, el glaucoma se debe al aumento de la presión intraocular que daña el nervio óptico.
En la parte de atrás del ojo se produce un líquido llamado humor acuoso, el cual, a medida que se produce, pasa hacia la parte delantera del ojo a través de unos canales en la córnea y el iris.
Si estos canales están bloqueados total o parcialmente, aumenta la presión intraocular del ojo, lo que, a su vez, afecta al nervio óptico.
Aún no se sabe con exactitud la causa de esta enfermedad, sin embargo los especialistas sugieren que puede deberse a:
-Uso de gotas dilatadoras para los ojos.
-Algunos medicamentos, como los esteroides.
Factores de riesgo
Según la Organización Mundial de la Salud, el glaucoma es la segunda causa de ceguera en el mundo.
Dentro de los factores de riesgo tenemos los siguientes:
-Personas con más de 40 años.
-Diabetes.
-Golpes fuertes en el ojo.
-Enfermedad ocular crónica.
-Si algún miembro de la familia padeció esta enfermedad.
-Consumo prolongado de esteroides.
Diagnóstico
Lo más importante para detectar y tratar a tiempo el glaucoma es acudir regularmente a chequeos con tu oftalmólogo. Así, tu doctor tendrá tu historia médica y le será más fácil notar cualquier señal de alerta como, por ejemplo, la elevación de la presión intraocular por encima de 21 mmHg y señales de una papila excavada.
Tratamiento
Si lograron detectar a tiempo esta enfermedad, el siguiente paso es tratar de reducir la presión intraocular para prevenir cualquier pérdida adicional de la visión.
Normalmente, el oftalmólogo prescribe una serie de fármacos en forma de gotas para los ojos y, si estos no funcionan, puede que sea necesario realizar un pequeño procedimiento quirúrgico para crear una nueva vía de drenaje del humor acuoso.
Sin embargo, el glaucoma no tiene cura y la pérdida de visión que genera es irreversible, lo que significa que tendrás que regular tu presión intraocular por el resto de tu vida.
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Cabe resaltar, que este artículo sólo tiene fines informativos, y que en ningún momento debe ser considerado como asesoramiento, diagnóstico o tratamiento médico profesional. Nunca dejes de buscar asesoramiento médico.