Luke Hanoman es un joven británico de 28 años que casi muere por culpa de una sepsis mortal provocada por morderse las uñas.
El joven explicó que comenzó a sentirse mal tras comer parte de la piel del costado de la uña. Durante una semana, Luke luchó contra los síntomas de la gripe, sin darse cuenta de que a través de su sangre estaba extendiéndose una infección.
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