El cáncer es una de esas enfermedades que te van consumiendo, mujeres y hombres luchan por enfrentar a este mal que ataca de todas las formas.
Sevala fue una de esas guerreras que por dos años luchó contra el cáncer de mama, familiares y amigos estuvieron con ella en todo momento.
A veces, el personal de enfermería se convierte en un miembro más de la familia.
Durante el proceso la acompañó Sanja Josipovic, quien trabajaba como enfermera de atención domiciliaria en Northwestern Medicine en Winfield, Illinois.Sevala y Sanja eran refugiadas bosnias, con el tiempo se hicieron grandes amigas.
Por desgracia, Sevala perdió la batalla y falleció luego de dos años contra su lucha a los 46 años.Su hija menor, Edina decidió estudiar enfermería al encontrar motivación ayudando a su madre.
La chica de 22 años comentó: “Pensé que el campo de la medicina no era para mí.
Después, mi madre enfermó y tuve toda la experiencia entrando y saliendo del hospital. Cuando mi madre falleció, pensé: ‘Quiero hacer esto. Quiero causar la misma impresión en la vida de otra persona’”.Mientras Sevala estuvo enferma siempre se preocupó más por sus hijas y esposo que por ella misma. Una mujer que se caracterizó por su valentía, y por su disposición de consentir a los suyos sin importar lo enferma que estuviera.
Su marido Seval Habibovic y su otra hija, Emina Habibovic-Bolt veían de cerca como la mujer que tanto amaban se desvivía por atenderlos sin importarle por lo que estaba pasando.
La enfermera, Josipovic, dijo: “Estaba más preocupada por Edina porque era joven y aún no había terminado la escuela. Desarrollamos un vínculo estrecho, como hermanas en realidad. Era una mujer poderosa, de mente fuerte. No tenía miedo de morir, solo estaba preocupada por sus hijas y su marido”.
Esa amistad tan incondicional fue la que motivó a Sevala a pedirle a Josipovic que le prometiera que asistiría a la graduación de su hija, que se presentaría a la ceremonia en su lugar y le colocaría los alfileres de la escuela de enfermería de su pequeña Edina. Sevala se perdería, ver a su hija como una profesional y convertida en una gran enfermera.
Edina se graduó de la Facultad de Enfermería y Salud Pública de la Universidad de Chamberlain en Chicago. Por el COVID-19 no se realizó la ceremonia de graduación o colocación de alfileres, que simboliza el fin de los requisitos educativos de un estudiante de enfermería.
Pero, el gerente del hospital donde trabaja Edina, el Hospital de Rehabilitación Marianjoy, decidió organizar una pequeña ceremonia donde Josipovic pudo cumplir con su promesa.
Ahora Edina y Sanja son colegas y juntas atienden a los pacientes del Marianjoy.
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