Los padres, por amor a sus hijos están dispuestos a todo, lo importante es verlos siempre felices, darles una vida plena y hacerlos personas mejores, algunas veces pueden hacer incluso cualquier locura con tal de hacer realidad sus sueños.
Siempre han existido papás que han renunciado a la seriedad y a la barrera entre padre e hijo para dejar un bello recuerdo, hay muchas historias como ésta pero ahora por medio de las redes podemos ver algunos momentos conmovedores donde los papás han sacrificado todo por ver sonreír a sus hijos. Es el caso de una reciente publicación de un amoroso padre, Thanh Tran, quien vive con su hija y esposa en Tennessee, Estados Unidos.
Es un padre cuidadoso y cariñoso que ha demostrado que está dispuesto a todo por ver feliz a su hija, no le importó ponerse un tutú negro y acompañarla a su clase de ballet.
La pequeña de 8 años estaba muy feliz. Todo esto sucedió porque en la academia de danza tenían que asistir las madres para una clase conjunta con sus hijas, pero la madre de esta niña se encontraba embarazada de 7 meses y su estado no se lo permitía, esto significaba mucho para la pequeña así que lo solucionaron de una manera asombrosa.
Su padre Thanh Tran tomó esta situación de manera divertida y confesó:
“Vida de padres, participas en todas las noches de eventos incluso si tienes que ponerte un tutú. Pero la sonrisa de ella, hace que todo valga la pena”.
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Thanh no es el padre biológico de la pequeña, él se casó con su madre cuando apenas tenía 4 años, pero a pesar de eso, a Adriana su hija nunca le ha importado que Thanh sea su padrastro pues igual lo quiere mucho, él ha sido un verdadero padre y se lo ha demostrado, pues nunca se pierde ninguna actividad escolar de Adriana y procura todo el tiempo compartir momentos juntos.
A continuación te mostraremos este video que se ha hecho viral y que muestra la graciosa clase de ballet que fue grabada por la madre de Adriana pues sólo pudo asistir como espectadora por su avanzado embarazo.
Definitivamente debería haber más padres como Thanh, es una prueba de que el cariño por los hijos puede hacer cualquier cosa. Es un gran ejemplo e inspiración, un aplauso para él.
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