Un hotel es un lugar para descansar con confianza y el tiempo que dure la estadía es sinónimo de tranquilidad, o al menos eso se supone.
Cada huésped está en manos de los dueños o responsables de la administración del hotel, quienes deben velar por su integridad y seguridad, y de no ser así deben ser sancionados.
Como ocurrió con estos hombres surcoreanos que fueron arrestados tras ser acusados por supuestas instalaciones de cámaras espías en las habitaciones de hoteles ubicados en algunas ciudades de Corea del Sur.
La policía surcoreana reveló que 1.500 huéspedes de 30 hoteles fueron grabados en secreto con cámaras ocultas y las imágenes fueron transmitidas en vivo a los mal llamados “clientes” que pagaban por el material audiovisual.
Las cámaras fueron ilegalmente instaladas en lugares estratégicos e insospechados dentro de las habitaciones, tales como enchufes eléctricos, soportes de los secadores de cabello, cajas de TV digital e incluso en las paredes.
Los hombres arrestados dirigían un sitio web con miles de miembros y donde los usuarios podían ver los “videos de spycam” violando la privacidad de los huéspedes. Las imágenes captadas por las cámaras eran trasmitidas en el sitio web donde cobraban una tarifa mensual de 45 dólares a los miembros.
La policía informó que, aunque hay antecedentes de un caso parecido esta es la primera vez que las autoridades hacen la captura en el lugar donde se trasmiten los videos en vivo por Internet.
Corea del Sur ha luchado contra una creciente epidemia de los «videos de spycam» que muestran en su mayoría imágenes de mujeres y que han sido filmadas en secreto por hombres en las escuelas, baños y oficinas.
En 2015 se compartieron videos de al menos 11 mujeres en salas de chat móviles. Las autoridades estiman que algunos videos difundidos de relaciones íntimas no tienen el consentimiento de la pareja. Durante el año pasado se registraron varias protestas de cientos de mujeres en contra de este tipo de videos.
El caso de la cámara de espionaje en los hoteles se produce pocos días después de que varias estrellas de K-pop de alto perfil, como el cantante Jung Joon-young, admitieron que habían filmado y distribuido videos ilícitos suyos grabados sin su consentimiento.
Según información local, la policía de Seúl inició una investigación sobre las acusaciones activas y solicitó una orden de arresto para Jung por cargos de delitos por el uso ilegal de material audiovisual.
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