Salma Briant, una mujer de Albuquerque de 38 años, demandó a una de las compañías más ostentosas de teléfonos celulares.
El motivo es que intentó hacer un “reto” propuesto por uno de sus amigos, en donde le pedían colocarse el teléfono celular dentro de su vagina.
La mujer demandó a la Samsung por 1.8 millones de dólares, afirmando que por culpa de ellos, un momento de diversión, terminó por dejarla con una deuda de facturas médicas en el Hospital de la Universidad de Nuevo México de unos $ 1,168,000 y que además, sufrió graves trastornos psicológicos a causa de la horrible experiencia.
“Quería ver cómo se sentiría poner mi teléfono celular en modo de vibración dentro de mí, solo por diversión, pero pronto resultó ser una pesadilla”, dijo al juez Andrew Peterson entre lágrimas. Su abogado Jim McClare, afirmó que su cliente se vio obligada a realizarse procedimientos quirúrgicos y médicos por durante varias horas para poder sacar de su cavidad vaginal su teléfono.
“Samsung tiene la culpa, ya que no ofrecen ninguna advertencia sobre los peligros y riesgos potenciales durante la inserción de sus productos dentro de sus clientes. Cavidades corporales masculinas o femeninas o genitales”, dijo el abogado de Salma Briant, en la corte.
Un mensajero enviado por Samsung como representante legal, alegó que no darían ningún tipo de comentarios sobre el caso. Pero, explicó que un acuerdo extrajudicial era una opción sobre la mesa. Por lo que es muy probable que Samsung terminaría por ceder a la petición del pago de la demanda.
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